El creciente uso del cannabis ya sea en su faceta recreativo o medicinal en Estados Unidos se enfrenta a una preocupante noticia. Si bien el producto tiene aplicaciones específicas, muchas personas desconocen lo severos que pueden ser sus efectos secundarios.
Una nueva investigación confirmó sus efectos nocivos en el sistema cardiovascular, incluso en personas jóvenes y sanas. El estudio, conocido como CANDIDE (CANnabis: Does It Damage Endothelium), muestra que tanto fumar marihuana como consumir comestibles de THC perjudica seriamente la función de las arterias lo que a su vez puede aumentar las posibilidades de padecer enfermedades (especialmente, cardíacas).a
El hallazgo científico que confirma un nuevo peligro del consumo de cannabis
La investigación se hizo sobre 55 participantes de entre 18 y 50 años en el Área de la Bahía de San Francisco. Se comparó la salud vascular de fumadores crónicos de marihuana, consumidores de comestibles de THC y personas que no consumen cannabis ni tabaco. Los resultados son contundentes: la función endotelial, que es crucial para la salud de las arterias, se vio significativamente comprometida en ambos grupos de consumidores de cannabis.
El endotelio es la capa interna de los vasos sanguíneos y su buen funcionamiento es vital para regular el flujo de sangre, prevenir la formación de coágulos y controlar la presión arterial.
Daños en esta área son un indicador de enfermedad cardíaca. Los hallazgos de este estudio sugieren que el cannabis podría estar acelerando este proceso, incluso en individuos que, por lo demás, se consideran saludables.
Aunque ambos métodos de consumo mostraron un impacto negativo en la función arterial, el estudio identificó una diferencia interesante. El suero sanguíneo de los fumadores de marihuana afectó directamente la producción de óxido nítrico en las células endoteliales cultivadas. El óxido nítrico es una molécula esencial que ayuda a relajar los vasos sanguíneos y mantenerlos flexibles. Esta reducción indica un mecanismo de daño más directo para quienes fuman.
La investigación encontró una correlación inversa clara: a mayor frecuencia de consumo (ya sea fumado o ingerido), peor era la función arterial.