Asma causada por el ejercicio físico: cuáles son los síntomas y cómo se puede evitar
Descubre qué síntomas presenta la asma causada por el ejercicio físico, cuáles son las posibles causas, cómo se aborda y las maneras de evitarlo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica en su portal web que las enfermedades no transmisibles son la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo. Sin embargo, aseguran que muchas se pueden prevenir mediante la reducción de los factores de riesgo comunes.
Por ese motivo, conoce qué es la asma causada por el ejercicio físico, cuáles son sus síntomas, cómo reducir los factores de riesgo y cuáles son los mejores tratamientos disponibles.

¿Qué es la asma causada por el ejercicio físico?
Según explica el portal sobre salud Mayo Clinic, el asma causada por el ejercicio físico, también conocido como asma inducida por el ejercicio, es una condición en la que la actividad física desencadena síntomas asmáticos en personas que ya padecen esta enfermedad o en aquellas que son susceptibles. Los síntomas pueden incluir dificultad para respirar, sibilancias, tos y opresión en el pecho y suelen aparecer durante o después del ejercicio, especialmente en ambientes fríos o secos.Este tipo de asma afecta a personas de todas las edades, aunque es más común en niños y adolescentes activos. La identificación y el manejo adecuado de esta condición son esenciales para permitir que los individuos continúen disfrutando de la actividad física sin comprometer su salud respiratoria. Los tratamientos pueden incluir el uso de inhaladores antes del ejercicio y la implementación de técnicas de calentamiento adecuadas.
¿Cuáles son los síntomas de la asma causada por el ejercicio físico?
Los síntomas de asma inducida por el ejercicio suelen aparecer durante o poco después de la actividad física y pueden persistir por más de una hora si no se tratan. Estos síntomas incluyen tos, sibilancias, falta de aire, dolor u opresión en el pecho, fatiga al hacer ejercicio, menor rendimiento deportivo del esperado y, en el caso de los niños pequeños, una tendencia a evitar la actividad física.
¿Cómo saber si una persona tiene asma causada por el ejercicio físico?
El diagnóstico del asma inducida por el ejercicio comienza con una evaluación exhaustiva por parte del proveedor de atención médica, quien indaga sobre los antecedentes médicos del paciente y realiza un examen físico. Para evaluar la función pulmonar, se utiliza una espirometría, que mide la cantidad de aire que el paciente puede inhalar y exhalar, así como la rapidez de la exhalación. Esta prueba inicial es crucial para descartar otras afecciones respiratorias y determinar si el asma crónica es la causa de los síntomas. Una vez completada la espirometría, el médico puede realizar pruebas de provocación por ejercicio, donde el paciente realiza actividad física para observar si se desencadenan síntomas de broncoconstricción. Además, se puede llevar a cabo una prueba de provocación con metacolina, que implica inhalar un agente que provoca el estrechamiento de las vías respiratorias. Los resultados de estas pruebas, junto con las mediciones de la función pulmonar antes y después del ejercicio, ayudan a confirmar el diagnóstico de asma inducida por el ejercicio.

¿Cómo prevenir y tratar la asma causada por el ejercicio físico?
Para tratar y prevenir el asma inducida por el ejercicio, es fundamental seguir las recomendaciones de un proveedor de atención médica. Este puede recetar medicamentos que se deben tomar antes de realizar actividad física, como los agonistas beta de acción rápida, que ayudan a abrir las vías respiratorias. Es importante preguntar cuánto tiempo debes esperar después de tomar el medicamento antes de comenzar a hacer ejercicio, para asegurar su efectividad. Además de los medicamentos de alivio rápido, es posible que necesites un tratamiento de control a largo plazo, como corticoides inhalados o inhaladores combinados. Estos medicamentos ayudan a reducir la inflamación de las vías respiratorias y deben tomarse diariamente para mantener el asma bajo control. Si los síntomas persisten, el médico puede ajustar la medicación o recomendar el uso de modificadores de leucotrienos, que pueden tomarse antes de hacer ejercicio. Por último, es crucial no depender únicamente de los medicamentos de alivio rápido. Mantén un registro de la frecuencia con la que usas el inhalador, tanto para la prevención como para el tratamiento de los síntomas. Si notas que necesitas usar el inhalador con frecuencia, consulta a tu proveedor de atención médica para evaluar y ajustar tu plan de tratamiento. Esto te ayudará a manejar mejor tu asma y disfrutar de la actividad física de manera segura.
En conclusión, conocer los síntomas de las enfermedades y las opciones de tratamiento disponibles es fundamental para tomar decisiones informadas sobre nuestra salud. No dudes en consultar a tu médico y seguir sus recomendaciones.