En lo que va de 2017, en la "ciudad maravillosa" de Río de Janeiro una persona perdió un puesto de empleo formal cada seis minutos.
Según datos del Catastro Nacional de Empleados y Desempleados (Caged), en el primer semestre el municipio registró una pérdida líquida de 42.343 puestos. Por lejos, fue el peor desempeño de Brasil.
Acorde a los especialistas, el mercado de trabajo carioca sufre más que otros del país porque, más allá de los efectos generales de la recesión, acusa los efectos de la crisis fiscal del gobierno provincial, los cortes de inversiones en el sector petrolero y el fin del ciclo de los grandes eventos deportivos además de las Olimpíadas, Río recibió los juegos de la Copa del Mundo en 2014 y de la Copa de las Confederaciones en 2013.
Desde 2015, Río de Janeiro perdió 263.651 puestos laborales, el equivalente a 9,9% de los que había en 2014.
Un análisis de la Federación de Industrias del Estado de Río de Janeiro (Firjan), en base a Caged, reveló que 17 de 24 segmentos económicos en la capital cerraron plazas en el primer semestre. Al que peor le fue es el sector de comercio y servicios: perdió 30.839 puestos, seguido de la construcción civil que cerró 5512 plazas.