Parálisis. Esta es quizás la palabra que más define a la estrategia de corto y mediano plazo de las pymes argentinas en los últimos tres años, a partir de la inestabilidad que impuso el cepo al dólar, el cierre de importaciones y el estancamiento económico -o "crecimiento moderado", según quién lo describa-. Ese marco hizo que muchas empresas dejaran de planificar y sostuvieran tácticas de corto alcance con el único objetivo de que su empresa sobreviva.
Ese escenario está empezando a cambiar, especialmente en las firmas medianas que hoy, con la agenda marcada en octubre, se están animando a pensar proyectos de inversión. De hecho, el empleo registró en enero un alza del 0,3% en comparación con el último mes de 2014, según relevó un informe del Ministerio de Trabajo. No se trata de una reactivación absoluta, sino que empezaron a estudiar proyectos, lo que genera una leve encendida de motores, motores que, hasta ahora, estaban apagados y sin nafta.
La clave, según la mayoría de los especialistas consultados, es que empiezan a moverse desarrollos que tienen que ver con nuevos productos, expansión de mercados, relanzamiento en la comunicación (como branding y packaging), cambios en las estrategias financieras o análisis de mejoras de procesos. Si bien estas búsquedas no inciden aún directamente en otras variables, como inversión directa o empleo, la expectativa es que en los próximos meses se empiece a ver el impacto. En ese marco, la reactivación no llegó pero, al menos, se detuvo la caída.Entre la flexibilidad y la solvenciaEste fenómeno se ve especialmente en las empresas medianas. Esto es porque tienen la ductibilidad y flexibilidad de no ser un gigante pero no están ahogadas financieramente como las más chicas. Como contracara, las firmas grandes no atan tanto a la coyuntura sus decisiones de inversión (justamente, porque tienen menos capacidad para moverse rápido).
"Las grandes son más lentas, piensan estratégicamente, se manejan con otro sistema de operación. Se toman más tiempo para analizar todo y cuando llega el momento, desde la casa matriz mandan los fondos necesarios", observa Fausto Spotorno, del estudio Orlando Ferreres y Asociados. "Como contracara, las empresas chicas no tienen margen más que para pensar en el día a día", aclara.
"En ese escenario se ve mucha evaluación de proyectos y análisis de hacia dónde dirigir los cañones", dice Esteban Domecq, director de la consultora Invecq y organizador de la Exposición Argentina de Economía, Finanzas e Inversiones realizada en marzo. Dice, sin embargo, que esos análisis de producto aún no conllevan necesariamente un aumento de la inversión directa por lo que, a nivel macro, "seguramente va a tener un impacto en el primer trimestre de 2016". El especialista cree que 2015 es un año de cautela y de esperar a ver qué pasa. "Las empresas saben que hay muchas variables que el próximo Gobierno va a tener que corregir".
Daniel Piqué, director de PCG Consulting, coincide en ver cierto optimismo moderado: "Hay una doble mirada: las firmas regionales que tienen negocios en la Argentina están reactivando inversiones, en especial, en investigación y desarrollo de productos y expansión de nuevos mercados. No importa el color del gobierno que asuma, hay una mirada optimista", dice. "En cambio, en las firmas locales, estamos con un nivel de actividad que apunta, por un lado, al desarrollo de productos y, por el otro, al análisis de cambio: ¿Cómo adapto mi negocio a los tiempos que vienen? ¿Pienso ampliarme? Tengo que empezar a pensar en el nuevo escenario y en la búsqueda de eficiencia", describe.
Este cambio de clima que los especialistas perciben en la calle, por ahora, no se respalda en números concretos (recién este mes empezarán a hacerse estudios sobre el primer trimestre). No obstante, existen algunas variables cuantitativas que se pueden mirar para hacer proyecciones. La más importante es qué está pasando en los mercados financieros. "Hay un optimismo renovado. Grupos extranjeros están empezando inversiones. Y, si uno mira determinados papeles, como las acciones del Banco Galicia o los bonos, puede ver ese optimismo" opina el consultor financiero Miguel ngel Boggiano. "Los mercados están viendo con enorme claridad que la Argentina puede repuntar. Siete de cada 10 acciones de las región que más subieron son de la Argentina", asegura. Sin embargo, cree que estas buenas noticias no llegaron a impactar de lleno en la economía real. "Basta contar cuántos locales cerrados o en alquiler hay en las avenidas Santa Fe o Corrientes para entender la situación. La Argentina está cara", se queja.
Laura Polonsky, de la consultora organizacional Mind & Process, explica que en el segmento pyme la voluntad de generar cambios está presente, pero es lento. "Hay clientes que nos llaman para que empecemos un proceso, pero luego hay cosas que se van trabando. Está la sensación de que el año no arranca entre las vacaciones y los feriados. El termómetro se va a ver a partir de este mes", considera.La variable empleoOtra de las variables cuantitativas que podrían certificar este cambio de clima de expectativas es el empleo. "Dejó de haber despidos. Muchas empresas están pensando que esta crisis no va a durar y prefieren bancar porque, si despiden, tienen un alto costo financiero y, probablemente, si la actividad repunta, tengan que volver a contratar a la gente que despidieron con la consecuente pérdida de know-how. Por eso, los empresarios medianos están apelando a todas las estrategias posibles para sostener su staff", sostiene Spotorno.
Pablo Molouny, consultor independiente y excountry manager de Trabajando.com, dice que aún no se puede hablar de mejoras sino de "una desaceleración de las dificultades" y añade: "Se calmó el clima de despidos y suspensiones que se vio durante 2014".
Sin embargo, todavía las empresas son cautelosas para contratar personal en planta permanente u otros gastos que impliquen un aumento de los costos fijos. "El problema de fondo es que, con la inflación y recesión, cuesta trasladar a precios los costos fijos y las pymes tienen dificultades para financiar su capital de trabajo. Por eso, es fundamental controlar los costos fijos", opina Spotorno.
Pero, muchas veces, la elaboración de nuevos proyectos requiere de la ampliación del staff. "Este es un buen momento para la contratación de personal eventual. Y, solo si el proyecto nuevo que se está encarando camina, se lo puede absorber en la estructura fija", dice Molouny quien aclara que la ley permite hacer este tipo de contrataciones de modo directo y sin pasar por una agencia de personal temporario.
Otra tendencia es la tercerización para evitar riesgos: es decir, la contratación de profesionales independientes o de firmas B2B para un desarrollo puntual. "Si la persona no se va a dedicar exclusivamente a proveer a la pyme, se puede explorar la opción de monotributistas o autónomos. Es clave que esto no se haga para reducir costos laborales o evadir la ley porque el riesgo termina siendo alto por un ahorro que no es significativo", agrega Molouny.
Esta foto respecto de la modalidad de contratación podría empezar a cambiar en los próximos meses. Piqué asegura que el mercado de las contrataciones en planta empezará a ver cambios. "Las contrataciones estuvieron muy paradas en 2014. De hecho, había suspensiones o quita de horas extra. Este año, las expectativas tienen que ver con prepararse para y esto va a tener un impacto en el mercado laboral en seis o siete meses. La gente no va a esperar a diciembre para contratar al staff que necesita", dice.¿Invertir o esperar?La expectativa es que el próximo gobierno tenga que hacer un ajuste en el tipo de cambio. Por eso, Domecq sugiere que, en caso de querer anticipar decisiones de inversión, se debe aprovechar ese "tipo de cambio subsidiado" para adquirir bienes de capital. Frente a la expectativa de que el valor del dólar se modifique, cualquiera que pueda anticipar la compra de maquinaria o tecnología a un dólar a $ 8,8 estará haciendo un buen negocio.
En cambio, Boggiano recomienda ser cuteloso: "El próximo gobierno va a tener que hacer un ajuste de precios y sincerar los costos: un tarifazo es impostergable. El Gobierno está tratando de que la bomba le estalle al que sigue. La Argentina, en dólares, está cara. Por eso, es mejor no invertir ahora y esperar un poco", dice. Y advierte que si se hace un análisis financiero de la empresa con los costos de hoy, incluso indexados por inflación, se puede no estar tomando en cuenta aspectos como el aumento de tarifas a los servicios (luz, gas) que tendrá que aplicar la próxima gestión. "Es importante que los empresarios recuerden que las tarifas de hoy no tienen más de seis meses de vida", asegura.
Más allá del 25 de octubre, día electoral, existe otro factor que promueve este "veranito" incipiente. En el último trimestre de 2014, se pensó que la economía podía tener un derrumbe mayor que el que tuvo luego de que esas expectativas se calmaran.
Por eso, desde enero, muchas empresas medianas pusieron en marcha planes de inversión que venían pateando. "Parte del reacomodamiento tiene que ver con la caída de 2014, sumado al optimismo para 2105", opina Juan Enrique, director de la consultora Sigma Global. "Si bien hay incertidumbre, hay señales en los mercados financieros. Aunque, para las pymes el gran limitante para la generación de proyectos sigue siendo la tasa de interés. Eso hace que las empresas estén pensando cómo financiar su producción más que en buscar nuevos desafíos", asegura Enrique.
Piqué sugiere salir de la coyuntura para mirar a mediano plazo: "La Argentina se destaca por el nivel competitivo y esto tiene que ver con innovación y tecnología". La clave parece ser optimizar esa potencialidad y estar preparado para aprovechar el nuevo escenario, sea cual fuere.
