La asistencia financiera que se negocia en estos momentos en Washington entre el equipo económico argentino y el Tesoro estadounidense aumentó la presión sobre un ya tensionado esquema cambiario y se sumaron reclamos para que Argentina tome una decisión entre dos opciones: flotar o dolarizar.
La negociación puso sobre la mesa un posible swap por u$s 20.000 millones que el Tesoro de Estados Unidos, conducido por Scott Bessent, ofrecería a Argentina. El anuncio suscitó críticas desde el país del norte, desde los farmers, que se consideraban damnificados por la eliminación temporal de las retenciones en Argentina y el efecto que tendría dada su posición competitiva, hasta los demócratas que apuntaron contra los recortes de la administración de Donald Trump que si contaba con recursos para asistir a Argentina.
A esto se sumó el shutdown que atraviesa el Gobierno estadounidense dado que el oficialismo no consiguió la aprobación de presupuesto por el Congreso, que en ese país implica una virtual parálisis de la administración.