Cuando en abril Twitter aceptó la oferta de Musk por el control de la compañía pocos imaginaban que se iba a desarrollar un culebrón cargado de espías, arrepentidos, miles de millones de dólares y un control atento de los usuarios de la red.
Hannah Murphy y Sujeet Indap, en la columna del Financial Times que se puede leer en El Cronista, analizan los pormenores del juicio y lo que parece la rendición del hombre más rico del mundo.
En abril Musk llegó un acuerdo para comprar la red del pajarito y puso en marcha el entramado financiero para quedarse con la empresa. Twitter aceptó la oferta de 54 dolares por acción y todo parecía que marchaba bien.
Pero Musk dos meses después retiró la oferta y acusó a Twitter, entre otras cosas, de haber mentido sobre la cantidad de cuentas falsas. Twitter negó todo y acusó a Muk en la justicia.