En los 70 las cadenas de comida rápida aun no eran moneda corriente por estas latitudes. Las grandes marcas se hacían un nombre en los Estados Unidos y Europa, pero aún no habían puesto un pie en la Argentina. Un emprendimiento de origen nacional fue el encargado de sentar las bases del negocio en el país y, con el paso de los años, se convirtió casi en un producto de culto. Pumper Nic aún hoy es recordada por varios que supieron degustar sus hamburguesas y todavía lamentan su partida, pero, ¿Qué le sucedió realmente?

Las razones de su crisis están en la génesis de su crecimiento estilo ‘vive rápido, muere jóven'. La cadena de fast food argentina nació en 1974 de la mano del empresario Alfredo Lowenstein, quien vio una oportunidad en el mercado local sumado a su vínculo con el negocio de las hamburguesas. Su hermano, Ernesto, había sido uno de los creadores de la marca Paty en los 60.

Si bien no hay mucho detalle sobre las razones de su nombre, sí se sabe que encuentra su origen en un conocido pan de cereales alemán, el pumpernickel. Su estilo lo copió de las cadenas de comida rápida internacionales donde la clave estaba en el despacho veloz. A diferencia de otras marcas, Pumper Nic apuntó a un target más juvenil. En su menú se destacaban las papas fritas Freny's y las hamburguesas Mobur, Doble Nic o Super Nic con "La nueva forma de comer" como slogan.

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