Desde la devaluación forzada ocurrida durante el mes de enero pasado, el sector Agroindustrial pareció apenas un poquito más aliviado a sus gravísimos problemas que viene padeciendo desde hace años. Si no es la producción ganadera (carne y leche), son los productores de trigo, los de maíz, o las economías regionales que no encuentran respiro. Toda rentabilidad es insuficiente para que los productores de los diferentes tipos de cultivos o producciones, puedan respirar mejor. Ahora con un dólar agro de casi $ 8 el Gobierno piensa que le dio al sector una mano. Lamento informarles a las autoridades respectivas que no es tan así. Sencillamente porque los problemas de base continúan, y nada de los problemas de base, fueron modificados desde hace casi siete años. Los costos de las principales producciones agroindustriales continúan cada vez más altos, y en dólares. Por más que hoy se pueda vender soja a un precio medio o alto, o se le pueda pagar a los productores ganaderos 16,5 $/kilo vivo; al productor lechero 2,30 $/lt de leche, los costos continúan aumentando porque las empresas no pueden dejar de vender (para ganar y pagar a su vez sus propios costos), y por sobre todas las cosas, porque la inflación, mal del que nunca se habla en serio de parte de las autoridades, no para de subir cada mes. La pregunta es por qué días pasados la Presidenta en su discurso de apertura de las sesiones en el Congreso Nacional, omitió hablar de temas como inflación, inseguridad, narcotráfico, agroindustria. Creo que la única mención al sector fue decir que hoy consumimos 63 kilos de carne por habitante (dato que no se quién se lo dio cuando hace un año era de 55). Lo que no dijo, por ejemplo, es que hoy somos el 12º país exportador de carne en el mundo, cuando en 2006 éramos el tercero. Tampoco en ningún momento se la escuchó agradecer al sector agroindustrial por sus aportes durante toda su década ganada -a mi entender desperdiciada-, no hubo una sola mención al tema biocombustibles, ni a los problemas de las economías regionales. Eso sí, siempre las alzas de todos los costos son culpa del empresariado en general. Lo que más me llama la atención es la incoherencia en el relato: el Gobierno falta a la verdad cuando dice que están abiertos a escuchar otras propuestas que traigan soluciones a los problemas en general, no solamente en los temas Agroindustriales, a los que yo me refiero. Nunca escuchan a los que desde hace muchos años quieren dialogar en serio. Nunca vi una mesa de diálogo entre productores, empresarios, dirigentes, gobierno, diplomáticos, la verdad, nunca, y menos en estos más de diez años de gobierno nacional y popular. Todos los países de la región - no conozco en profundidad el caso de Venezuela, porque evidentemente no es el modelo de país que quiero y miro - tienen diálogos permanentes con todos los actores de la cadena. Brasil, Uruguay, Chile, Colombia y México son ejemplos de estas acciones. La pregunta es, ¿por qué no miramos e imitamos lo que hacen los países vecinos que les va bien? La respuesta acá podría ser: No sabe, no contesta. No hay peor ciego que el que no quiere ver, decía mi abuelo. No es cierto que el mundo está en crisis, y nosotros estamos haciendo las cosas correctamente. Me parece perfecto proteger a las industrias nacionales, pero de nada sirve esa protección si después no se puede exportar y vender al mundo entero sin restricciones. El equilibrio es la base de todo crecimiento. Es básico. Y acá en nuestra querida Argentina, en la medida que no se admitan los problemas y obviamente los de este sector Agroindustrial que es, fue y será siempre el motor de la economía de este país, nada cambiará. Hay mucha gente que sabe cómo modificar rápidamente este camino de parálisis y decrecimiento. Hay grupos que trabajan en la confección de políticas públicas pensando en una agroeconómica expansiva, pujante, de crecimiento y desarrollo para todos los sectores. Ojalá sean escuchados. Mientras, la ceguera continuará, y la Argentina será siempre la más perjudicada, y por ende, nosotros, los que vivimos en este bendito país.