La falta de combustible en las estaciones de servicio parece haberse convertido en una constante con la cual los automovilistas porteños y de otras ciudades del interior se están acostumbrado a convivir cada vez con mayor frecuencia.
En julio pasado, la situación se había generalizado a tal punto que varias provincias recurrieron a la Justicia para obligar a las petroleras y al Gobierno a cumplir con los cupos de abastecimiento. En ese momento, las autoridades desmintieron un escenario de escasez y a aseguraron que se trataba solamente de un aumento de la demanda que se reflejaba en mayores colas de autos.
Si bien por estos días la situación no es tan grave como la de hace dos meses, sigue complicada la provisión de combustibles a las estaciones de servicio. Ayer se volvieron a detectar faltantes en varios puntos de la Ciudad de Buenos Aires en estaciones de Esso, Shell y Petrobras. En otros casos, aceptaban efectivo haciendo caso omiso a las petroleras que recomiendan el uso de las tarjetas. Así pasa en una YPF a tres cuadras del cruce de las avenidas Triunvirato y De Los Incas que ayer sólo aceptaba pago contado.
En cuanto a la falta de combustibles, los mayores problemas se detectaron en estaciones de barrios como Constitución, Once, Villa Urquiza, Palermo, Saavedra, Caballito y Agronomía, donde reaparecieron los surtidores cruzados y los conos naranja. En la mayoría, las razones para justificar este escenario fueron las mismas: atraso de los pedidos, y menores cupos otorgados por las petroleras, además de un fuerte incremento del parque automotor que la producción actual de naftas no alcanza a cubrir incluso a pesar de los aumentos de precios.
Según datos de la Secretaría de Energía, la venta de combustibles sigue en alza, especialmente en el caso de las naftas y los gasoil premium. En julio, el aumento fue de 13,1% con respecto al mismo mes de 2010. El organismo también asegura que el mercado continúa siendo liderado por YPF (con 58,3% de participación) seguido por Shell (14,6%), Esso (13%), (8,6%) Petrobras y 5,5% el resto.
Pero mas allá de la cuota de mercado, los expertos explican que la situación se complica a mediados de cada mes, cuando se reduce el stock de las distribuidoras a las empresas expendedoras y esto causa cuellos de botella puntuales que terminan provocando largas colas en las estaciones con stock.
Para Manuel García, titular de la Asociación de Estaciones Independientes (AEI), se trata de un problema crónico que se repite todos los meses y que se vincula con la caída de la producción y un aumento de la demanda. Cada vez, dependemos más de la importación de combustibles, advirtió. De hecho, durante el primer semestre aumentaron las compras de combustibles al exterior un 20,7%, en relación al mismo periodo de 2010. Para García esto ocurre porque las petroleras no invierten en incrementar la producción y el Gobierno no toma las medidas que debería.
Y un informe elaborado por la Federación Argentina de Expendedores de Nafta del Interior, asegura que la escasez ya afecta al 40% de las estaciones de servicio del país, aunque los problemas son más graves en el interior. Ismael Marcón, titular de esta entidad, también advirtió que la situación es crónica y que genera mucha preocupación entre los empleados.
Desde el lado de las petroleras, en Shell no respondieron a los llamados de este medio, mientras que no fue posible contactar a voceros de Esso y Petrobras. En YPF aseguraron no tener problemas, aunque admitieron que la presión es fuerte porque la demanda que no se satisface en una estación se traslada a nuestras estaciones.