En las vísperas de la Navidad pasada, una noticia sacudió el mundo de los negocios. Despegar se había vendido por u$s 1700 en efectivo al grupo de inversión global Prosus. Esta semana, Damián Scokin, CEO de la compañía, participó del Foro de Inversiones de Arcap, donde recordó cómo fue el proceso de venta, el 'timing' de los accionistas y la fuerte crisis que atravesó la empresa durante la pandemia.

El ingreso de Prosus "fue más anticipado de lo que pensábamos. Nuestro plan estratégico siempre contempló que Despegar iba a terminar siendo parte de un grupo más grande;el plan era maximizar el valor de la compañía para, en algún momento, buscarle un socio", reconoció el empresario.

Fundada en 1999 en la Argentina como una agencia de viajes online, Despegar operó durante más de una década como empresa privada, financiándose con capital de inversionistas y consolidando su presencia en América latina. Durante ese período expandió su operación a Brasil, México, Chile y Colombia. Hacia mediados de 2010, la compañía profesionalizó su estructura corporativa y financiera para cumplir con los requisitos de una cotización pública, y en noviembre de 2017 realizó su oferta pública inicial (IPO por su sigla inglesa) en la Bolsa de Nueva York bajo el ticker DESP, con lo que se convirtió en la primera agencia de viajes online latinoamericana en cotizar en Wall Street.

"El timing en América latina es todo. Hicimos la IPO en septiembre de 2017 y, para mayo de 2018, ya no hubo más oferta pública en la región, no importaba cuán buenos fueran los números. Fue un resultado claro de saber leer los tiempos del mercado", expuso Scokin.

Sin embargo, antes de su salida a la Bolsa, ya había un socio estratégico dentro de la compañía. Se trataba del fondo de inversión Expedia, que además de aportar capital le permitió acceder a su red global de hoteles y vuelos. Esta alianza fortaleció la expansión de la compañía en la región y le dio respaldo internacional de cara a su IPO en Nueva York.

Al poco tiempo, llegó la crisis sanitaria provocada por el Covid-19. "Cuando llegó la pandemia, teníamos una posición de caja supersólida para los estándares de la industria. Pero pasamos a quemar entre u$s 20 millones y u$s 30 millones por mes. Se paró toda la generación de negocios y los costos fijos, salvo la compra de tráfico, que eran todos los puestos de la compañía, siguieron corriendo. Eso hizo que, para octubre de 2020, saliéramos a buscar capital", recordó el empresario.

Scokin contó que, si bien Despegar generaba caja, tenía una estrategia de seguir creciendo en el negocio del turismo en América latina. "Por eso éramos marginalmente cashflow positive. Teníamos algo de caja, pero sobre todo invertíamos en la empresa", reconoció.

"Una empresa que tradeó a u$s 30 por acción, estaba tradeando a menos de u$s 5 en ese momento. Entre marzo y octubre de 2020, redujimos un 60% de los costos, con lo traumático que resultó para la empresa. Estábamos desvinculando personal en un momento en el que la mayoría de las empresas tecnológicas estaban creciendo porque la gente no podía salir de su casa. Estábamos en la contracara del mundo", dijo Scokin.

La búsqueda de capital fue una medida, para el momento en el que se encontraba el mundo en ese entonces, casi desesperada. "No sabíamos cuándo podía terminar. Incluso no era seguro cuándo íbamos a poder volver a viajar", contó, al mismo tiempo que develó que Despegar probó con un instrumento de inversión que "no logró el apetito de los inversores".

"Las rondas eran todas virtuales; es el día de hoy que recuerdo que, a través de un zoom, levantamos u$s 200 millones. Hicimos un proceso competitivo y terminamos seleccionando a dos inversores de cinco que habían llegado a la final".

Finalmente, el fondo de inversión con base en Abu Dabi Waha Capital y el estadounidense L Catterton realizaron una inyección conjunta de u$s 200 millones. Esta operación consistió en una colocación privada de acciones preferentes no convertibles y warrants, con el objetivo de fortalecer el balance de la empresa y brindarle flexibilidad financiera para su crecimiento y posibles adquisiciones.

"Toda la recuperación de la pandemia la hicimos con la participación activa de L Catterton. Fue un proceso muy bueno. Terminamos con niveles de crecimiento superiores a los prepandemia. Para 2024 la empresa cerraba casi el doble de revenue que antes de 2020", puntualizó Scokin.

El ejecutivo contó, no obstante, que durante la última ronda de capital privado que Despegar realizó en 2015, contemplaba una serie de cláusulas que limitaban la posibilidad de negociar con otros grupos. "A lo largo de 2024, producto de la confianza, logramos renegociar muchas, luego de un cambio de liderazgo en Expedia. Nosotros anticipamos que eso iba a disparar un proceso para que la compañía se preparara para tener un buen precio de la acción, que, en ese momento, cotizaba a u$s 12".

En septiembre del año pasado, Despegar recibió una oferta no solicitada. "Siendo una compañía pública sin controlador, se dispararon todos los procesos normativos. Se reunió el board, con una participación del management restringida, porque podía haber conflicto de intereses. Para sorpresa nuestra, terminamos teniendo propuestas de cinco y, en un momento, hasta de seis oferentes".

El proceso duró seis meses y, desde aquella decisión, los altos mandos de la compañía ya adelantaban que Despegar volvería a ser una empresa privada y que, además, iba a cambiar de dueños para formar parte de un grupo mundial.

"Nuestra visión era que, si íbamos a ser parte de un grupo más grande, iba a ser uno relacionado con viajes. Pero ahora somos parte de otra cosa. Prosus es un grupo de inversiones en tecnología en todo el mundo, pero no tenía ningún negocio de viajes. Para nosotros fue, incluso, una sorpresa que participara del proceso y que hiciera no solo la propuesta más atractiva económicamente, sino también estratégicamente", reconoció.

Scokin contó que el objetivo del fondo era armar un ecosistema digital en el mundo, con participación en el negocio del delivery, combinado con empresas que ofrecieran otros productos a ese mismo ecosistema. "Quisieron probar con nosotros. Fue una propuesta tremendamente desafiante, pero motivante".

Prosus es un gran inversor internacional del holding Naspers, con origen en Países Bajos, con experiencia en la creación de empresas tecnológicas líderes en todo el mundo. De hecho, tiene entre sus negocios a otro unicornio creado en Argentina como OLX y a otros grandes del delivery como la brasileña iFood, la inglesa Just Eat y la alemana Delivery Hero, donde tiene una participación del 22 por ciento.