La octava edición del campeonato que tendrá lugar entre el 18 de septiembre y el 31 de octubre en
Inglaterra y Gales prevé romper todos los récords
de números para el anfitrión y el organizador. El escenario está listo para que los fans y los seleccionados disfruten de una experiencia fuera de serie.
Desembolsos
Se estima una inversión en infraestructura (sedes, ciudades y centros de entrenamiento) de £ 85 millones, y un desembolso total de £ 330 millones en casi seis años de organización, cifra récord para alguna
. Se crearán unos 41.000 puestos de trabajo que se preparan para recibir y albergar a más de 500.000 fans de todo el planeta.
Los partidos se jugarán en 11 estadios en Inglaterra y uno en Gales. De ellos, únicamente dos estadios son propiedad de clubes de rugby ingleses; dos son estadios nacionales de rugby (Twickenham y el Millennium Stadium); mientras que el resto son estadios de fútbol. No hay estadios hechos desde cero. La inversión en este sentido fue baja. Inglaterra no necesita construir, cuenta con sedes impecables, de última tecnología y que se usan continuamente en competencias europeas. No se fue necesario hacer grandes modificaciones. El mundial de rugby no tiene las exigencias a nivel de infraestructura como sí el fútbol, donde la FIFA requiere estadios nuevos con ciertas necesidades muy costosas para el anfitrión.
Impacto en la economía
Se estima que el evento generará un impacto económico de £ 2.200 millones de la producción, lo que sumaría hasta £ 982 millones de valor al PBI nacional. Y unos rendimientos de explotación audiovisual y patrocinadores cifrados en cerca de £ 200 millones.
Una investigación, llevada a cabo por la firma de contabilidad Ernst & Young (basada en una serie de beneficios directos, indirectos e inducidos de la inversión que se hizo en infraestructura para el ticket y los ingresos fiscales que se generarán) predice que el torneo atraerá a un total de 500.000 visitantes durante el período de competencia, los cuales realizarán gastos, no solo en entradas, sino también en hoteles, restaurantes, visitas a otras atracciones turísticas, fan zones, etcétera, por un total de £ 869 millones.
En relación a los eventos deportivos individuales, solo la Copa del Mundo de Fútbol, que también se celebra cada cuatro años, atrae más espectadores, señala el mismo relevamiento. El impacto no solo se restringirá a Londres y a las nueve ciudades-sedes restantes repartidas por Inglaterra y Cardiff en Gales, sino también llegará a las innumerables empresas y proveedores que estarán involucrados directa o indirectamente en el torneo. La organización de un evento deportivo de esta magnitud, por caso, requiere también una amplia gama de proveedores de servicios temporales y representa una oportunidad única para elevar el perfil de una marca tanto a nivel nacional como internacional.
A todo esto, hay que sumar el rol que jugará el legado que dejará el evento, y sus múltiples formas: Inglaterra será vista como un destino turístico con más atractivo (especialmente, las zonas de fuera de Londres), legado en forma de negocio, incremento de la tasa de empleo, aumento de la práctica de deporte, inversión en infraestructura y mejoras en los estadios.
Mundial multimedia
Otras marcas que romperán todos los récords son las audiencias de televisión y redes sociales, de hecho en apenas un año se incrementó en 500.000 seguidores en redes sociales el interés por seguir las alternativas del sitio oficial de la Rugby World Cup.
La televisación, por supuesto, fue clave para la difusión del deporte. Por eso, para esta octava edición no se queda atrás con más de 20.000 horas de transmisión a más de 205 países, con un presencia expandida en Asia, remarcando el crecimiento de este deporte en todo el mundo, en especial en el continente donde se realizará la próxima Rugby World Cup de Japón 2019.
El Mundial de Rugby genera el 95% de los ingresos que la World Rugby (ex IRB) invierte en el logro de sus objetivos estratégicos, desarrollo, alto rendimiento, torneos, antidoping y programas de bienestar del jugador además del crecimiento global del juego. Por tanto, el éxito del torneo es de vital importancia para la consecución de los objetivos estratégicos.
Colaboró Patricio Baratta