La ropa informal y un andar tranquilo al llegar al lujoso Royal Garden de Kensington, en el margen sudoeste del imponente Hyde Park, son el mejor ejemplo para describir el buen momento que vive Agustín Pichot: el actual dirigente de World Rugby y Sanzar, responsable directo de la inserción argentina en el Rugby Championship y Súper Rugby, transita esta RWC con serenidad y ya imagina los próximos pasos.
La entrevista con el excapitán argentino en la gesta de Francia 2007 gira en torno a lo que se vive en Inglaterra: “Estoy anonadado, cada detalle está pensado y los estadios se llenan, la gente lo vive, basta con ir al parque y ver chicos de todos los países jugando una tocata”, aclara. La organización inglesa no ha fallado y todos los escenarios están a la altura, por eso Pichot cree que nuestro país aún le falta para poder recibir una competencia así. “Pensaba en 2023, pero creo que hay que apuntar a 2027, tal vez”, dice.
Acomodado en el mullido sillón del lobby que mira a la transitada Kensington Road, Pichot lamenta la suspensión a Galarza, que fue sancionado con nueve semanas de suspensión: “Es un gran tipo, que no merecía terminar así. Pero el tribunal que lo juzgó es independiente de World Rugby y los tres coincidieron en que esta acción de contacto con el ojo del rival, para mí no intencional, se castiga así”.
El exnúmero 9 no se conforma y va por más. Aunque, por ahora, ve la política nacional de costado, sabe que él es una tentación para todos los aspirantes a la Rosada. “Con Daniel -Scioli- he almorzado varias veces, nos ayudó con el estadio de la Plata para los partidos con los All Blacks. Con Sergio -Massa- también, tenemos proyectos que han incluido a Tigre, como la posibilidad de hacer un estadio ahí. Con Macri ni hablar, el Pelado Irarrázabal -Secretario de Deportes de la Ciudad- jugó conmigo en los Pumas, también estamos analizando lo de la cancha en Parque Sarmiento. Tengo buena relación con los tres candidatos”, asevera.
El tema Mundial está ahí, es algo que Agustín se propuso: “Soy un soñador y creo que podemos hacerlo a largo plazo, por eso hablo de 2027. Lo importante no es solo hacerlo, sino qué va a quedar después, cómo se va a aprovechar lo que deje una RWC, el legado tiene que ver con cómo lo aprovechamos, y no sólo habló de rutas, estadios y obras. Lo intangible, el aprendizaje como país, eso tenemos que pensar”, afirma esperanzado en que también logrará ese objetivo.
Expectativa en la cancha
“A los chicos los veo muy bien. Se los nota muy metidos, es un plantel joven, que tiene claro lo que quiere. Me hace acordar al nuestro en Francia, se nota que están unidos. Fijate cómo se abrazan en los tries. Están muy bien, les tengo mucha fe”, suelta.