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La rinitis alérgica es una reacción exagerada del sistema inmune ante sustancias inofensivas del ambiente, como el polvo, el polen o el pelo de animales. Estas sustancias se conocen como alérgenos.

Cuando el cuerpo los detecta, activa una respuesta inflamatoria que afecta principalmente a la nariz, ojos y garganta, provocando síntomas molestos que pueden confundirse con un resfriado.

¿Cómo se diferencia de otros tipos de rinitis?

No toda rinitis es alérgica. También puede deberse a irritantes como el humo o a infecciones como el resfriado. Aquí algunas diferencias:

  • Rinitis alérgica: causada por alérgenos, como el polvo o el polen.

  • Rinitis infecciosa: relacionada con virus, como el del resfriado común.

  • Rinitis irritativa: provocada por olores fuertes, humo o contaminantes.

  • Rinitis vasomotora: se activa con cambios de temperatura o factores hormonales.

Síntomas que pueden alertarte

La rinitis alérgica suele aparecer de forma repentina y estos son sus síntomas más comunes:

  • Estornudos constantes, sobre todo en ráfaga.

  • Congestión nasal (nariz tapada).

  • Goteo nasal claro.

  • Picazón en nariz, garganta u ojos.

  • Ojos llorosos, rojos o irritados.

  • En algunos casos, dolor de cabeza o fatiga.

¿Quiénes tienen más riesgo?

Según el Dr. Rodolfo Muriel, alergólogo del Centro Médico ABC, los niños de 4 a 8 años y los adultos jóvenes entre 25 y 35 años son los más propensos a desarrollarla.

Si tus padres son alérgicos, también tienes más probabilidades de padecerla. Además, factores como la contaminación, el estrés o una dieta poco saludable pueden empeorarla.

¿Se puede diagnosticar y tratar?

Sí, y es importante hacerlo. Un médico puede ayudarte a confirmar si tienes rinitis alérgica y cuál es el tratamiento más adecuado. Esto puede incluir:

  • Evitar los alérgenos conocidos.

  • Antihistamínicos para controlar la reacción.

  • Corticoides intranasales para reducir la inflamación.

  • Inmunoterapia (vacunas para alergia) en casos graves.

Recomendaciones para el día a día

Algunas medidas clave para reducir los síntomas:

  • Limpia el polvo con trapos húmedos, no secos.

  • Ventila tu casa todos los días.

  • Lava la ropa de cama con agua caliente.

  • Usa fundas antiácaros y purificadores de aire.

  • Baña a tus mascotas cada semana y evita que entren a tu habitación.

  • Durante la temporada de polen, evita salir por las mañanas y cámbiate de ropa al llegar a casa.

Vivir con rinitis alérgica... y sin molestias

Aunque no se cura, sí se puede controlar. Con el diagnóstico y tratamiento adecuados, muchas personas vuelven a respirar tranquilamente y retoman su vida normal sin complicaciones.

En el Centro Médico ABC, tanto en Medicina Interna como en Pediatría, cuentan con especialistas para ayudarte a detectar y tratar este padecimiento.