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El Alzheimer es una de las formas de demencia más comunes que puede afectar a los adultos mayores. De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS),el Alzheimer está presente entre el 60% y 70% de los casos de demencias.

Esta enfermedad es un trastorno cerebral progresivo e irreversible que destruye lentamente la memoria y las capacidades cognitivas, de acuerdo a lo informado por el Instituto de Salud Mental de Estados Unidos.

La Fundación del Cerebro, una entidad española sin fines de lucro, comentó que los primeros síntomas del Alzheimer aparecen lentamente y son muy difíciles de detectar, por lo que es complejo para el entorno del enfermo al momento de detectar la enfermedad.

Por esto, es muy importante conocer cuáles son los principales síntomas de las personas que la transitan y las primeras señales que pueden advertirse.

Esto es lo primero que olvidan las personas con Alzheimer

Existen diversas teorías respecto a cómo se desenvuelve esta enfermedad. De acuerdo a los expertos de la Clínica Mayo los primeros signos de olvido en personas con Alzheimer se manifiestan en la dificultad para recordar eventos o conversaciones recientes.

Los síntomas pueden presentarse como olvidos de detalles cotidianos, como una compra del supermercado, cuál fue la última comida o si se tomó la medicación. Esto se manifiesta en la forma de repetición de preguntas ya respondidas, un síntoma común entre los pacientes con enfermedad de Alzheimer.

A medida que avanza el cuadro, se comprometen aún más los datos que se tienen almacenados con mayor antigüedad, ya sea como no recordar en qué casa vivieron o a cuál escuela asistieron.

Posteriormente, aparecen problemas en la capacidad de prestar atención y la inteligencia ejecutiva, es decir, todo lo relacionado con la planificación. La memoria a corto y largo plazo es otra área que también empieza a presentar problemas.

Síntomas del Alzheimer: estos son los más comunes

Más allá de la pérdida de memoria, pueden aparecer otros síntomas como la pérdida de interés, aumento de la desconfianza hacia otras personas, delirios, aumento de la agresividad o el aislamiento social. A esto se suma problemas para seguir una rutina diaria; como por ejemplo mantener un orden de actividades o pasos, por ejemplo lavarse los dientes después de comer o seguir una receta.