Desde el ácido hialurónico para la piel hasta el aceite de argán para el cabello, son múltiples y diversos los remedios caseros que en el último tiempo han adquirido notoriedad en el ámbito de la belleza.
Concretamente en lo que concierne al cuidado del rostro, cada vez más personas optan por alternativas naturales, como el aceite de ricino que ha despertado curiosidad e interés entre los consumidores. Este ingrediente, usado desde hace décadas, se ha popularizado como un supuesto aliado para lograr pestañas más largas y cejas abundantes.
Cabe destacar que miles de usuarios en redes sociales aseguran haber visto cambios notables tras aplicarlo, aunque especialistas advierten sobre la falta de evidencia científica que sustente estas afirmaciones. No obstante, sí se conocen varias de sus propiedades que podrían explicar su fama en el cuidado capilar y dermatológico.
¿Qué es el aceite de ricino y cuáles son sus propiedades?
El aceite de ricino, también llamado aceite de castor, se obtiene de las semillas del árbol Ricinus communis. Su componente principal es el ácido ricinoleico, que representa alrededor del 90 % de su composición y al que se le atribuyen efectos humectantes, antiinflamatorios y antimicrobianos.
De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), este aceite ha sido utilizado en diferentes tratamientos de la piel y el cabello gracias a su capacidad para retener la humedad y proteger frente a daños externos como la contaminación o el maquillaje.
En este sentido, el uso del aceite de ricino podría ser beneficioso para quienes lo incorporan en su rutina de cuidado ya que permitiría:
Hidratar y evitar la resequedad del vello.
Fortalecer pestañas y cejas, reduciendo su quiebre.
Mejorar el brillo y la apariencia general.
Proteger contra el daño causado por el maquillaje y la contaminación.
Favorecer un entorno más saludable para el crecimiento.
¿Cómo aplicar aceite de ricino en cejas y pestañas?
Para evitar efectos secundarios, se recomienda realizar una prueba de alergia antes de su aplicación. Lo ideal es limpiar bien el rostro, utilizar un cepillo de rímel limpio o un hisopo, y aplicar solo una pequeña cantidad en la base de pestañas y cejas.
Los especialistas sugieren usarlo por las noches, al menos tres o cuatro veces por semana. Los primeros resultados pueden notarse después de un mes, aunque lo habitual es esperar de dos a tres meses para ver cambios significativos. La clave para obtener resultados es la constancia.
Si bien se trata de un producto seguro -en la mayoría de los casos-, el aceite de ricino puede provocar irritación ocular o enrojecimiento si entra en contacto directo con los ojos. Por ello, es fundamental aplicarlo con cuidado y siempre en pequeñas cantidades.