

A partir del 1 de julio de 2026, los clientes bancarios en México deberán presentar una identificación oficial vigente y el registro de al menos un dato biométrico para cualquier retiro o depósito igual o superior a 140 mil pesos mensuales.
Así lo confirmó la Asociación de Bancos de México (ABM) como medida complementaria a las estrategias antifraude implementadas durante 2025, como el Monto Transaccional del Usuario (MTU), establecido en la Circular Única de Bancos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
La normativa busca crear una barrera de seguridad adicional contra el uso de cuentas bancarias para actividades ilícitas, lavado de dinero y fraudes que vulneran el patrimonio de los usuarios. Al vincular operaciones de alto monto con verificación presencial e identidad biométrica, las instituciones financieras podrán rastrear con mayor precisión el origen y destino de recursos, dificultando esquemas delictivos que históricamente han utilizado cuentas prestanombres o identidades falsas para mover grandes cantidades de efectivo sin dejar rastro verificable.
Qué ocurrirá con las operaciones inferiores a 140 mil pesos al mes
El umbral de 140 mil pesos mensuales no es arbitrario: representa un punto de equilibrio entre facilitar operaciones legítimas de ciudadanos comunes y detectar movimientos atípicos que sugieren conductas irregulares.

Quienes manejan cantidades inferiores a este límite continuarán realizando sus transacciones con los procedimientos habituales, mientras que los movimientos por encima de esta cifra activarán automáticamente el protocolo de identificación reforzada que entrará en vigor a mediados del próximo año.
Cuáles será la documentación aceptada
La identificación oficial vigente aceptada para cumplir con este requisito es la credencial para votar emitida por el Instituto Nacional Electoral (INE). Este documento debe estar dentro de su periodo de vigencia, sin alteraciones físicas y con fotografía legible. No se aceptan identificaciones vencidas, pasaportes o licencias de conducir como sustitutos, ya que la credencial del INE integra elementos de seguridad específicos que facilitan la verificación cruzada con bases de datos oficiales y reducen el riesgo de falsificaciones.
Además de la identificación física, el usuario debe proporcionar al menos un dato biométrico durante el proceso de verificación. Las opciones disponibles incluyen:
- huella dactilar
- reconocimiento facial
Ambos son capturados directamente en la sucursal bancaria mediante dispositivos certificados. Este registro biométrico se compara en tiempo real con los datos contenidos en el chip de la credencial del INE, creando una correspondencia única que confirma que la persona que realiza la operación es efectivamente el titular de la cuenta y del documento de identidad presentado.
El proceso de registro biométrico debe realizarse personalmente en la sucursal donde se planea efectuar la operación. Un ejecutivo bancario capacitado captura la huella digital mediante un lector especializado o registra el rostro del cliente a través de cámaras con software de reconocimiento facial. Esta información se almacena de manera encriptada en el sistema del banco y permanece vinculada al perfil del usuario, permitiendo que futuras operaciones superiores a 140 mil pesos se validen de forma más ágil sin necesidad de repetir todo el proceso desde cero.















