Tras el fallecimiento del papa Francisco este lunes a los 88 años, se pone en marcha nuevamente el procedimiento estipulado por la Iglesia Católica para elegir a su sucesor. Hay posibilidades de que haya un Papa mexicano, en el marco del cónclave papal, que se llevará a cabo en la Capilla Sixtina.
En la actualidad, el Colegio Cardenalicio cuenta con 252 miembros, aunque sólo 138 están habilitados para votar en el cónclave, ya que deben tener menos de 80 años al momento del fallecimiento del Papa. Entre ellos, hay seis mexicanos que podrían convertirse en el nuevo sumo pontífice de la Santa Sede.
Checa los detalles y entérate del procedimiento que llevará a cabo el Vaticano en los próximos quince días. Se espera que haya un anuncio oficial próximamente.
¿Qué cardenales mexicanos podrían convertirse en el nuevo Papa?
De los 252 integrantes del Colegio Cardenalicio, seis son originarios de México. Aunque todos ocuparon puestos destacados dentro y fuera del país, solo dos estarían en condiciones de participar en un eventual cónclave:
- Carlos Aguiar Retes
- Francisco Robles Ortega
Carlos Aguiar Retes
Actual arzobispo primado de México, nació el 9 de enero de 1950 en Tepic, Nayarit. Inició su camino en el Seminario de su ciudad natal y luego continuó su formación teológica en México y Estados Unidos. Fue ordenado sacerdote en 1973 y, en 2016, recibió el nombramiento de cardenal por parte del papa Francisco. Un año después asumió la arquidiócesis de México, una de las más relevantes a nivel global.
Francisco Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara desde 2012. Fue creado cardenal en 2011 por el papa Benedicto XVI. A lo largo de su trayectoria, mantuvo una postura firme en defensa de los valores tradicionales e impulsó acciones pastorales orientadas a fortalecer la vida religiosa en su diócesis.
Alberto Suárez Inda, arzobispo emérito de Morelia, también integra el Colegio Cardenalicio, aunque ya no está en edad de participar en la elección de un nuevo Papa. Nacido en Celaya en 1939, fue ordenado sacerdote en 1964 tras estudiar en Roma. En 2015, el papa Francisco lo reconoció como cardenal por su compromiso pastoral en una región golpeada por la violencia y la pobreza.
Otro miembro es Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas. Nacido en 1940 en el Estado de México, fue elevado al cardenalato en 2020 por el pontífice argentino, con el título de San Luigi Maria Grignion de Montfort. Sin embargo, su edad también lo deja fuera de un futuro cónclave.
También figura Juan Sandoval Íñiguez, originario de Jalisco y nombrado arzobispo de Guadalajara en 1994 por Juan Pablo II. Ese mismo año fue investido como cardenal. Hoy es arzobispo emérito.
Por último, se encuentra Norberto Rivera Carrera, nacido en Durango en 1942. Fue obispo de Tehuacán desde 1985 y luego, durante más de veinte años, ocupó el cargo de arzobispo primado de México.
¿Qué significa el humo blanco en el Vaticano?
Uno de los momentos más simbólicos de este proceso es la aparición de la fumata blanca, que marca la elección del nuevo pontífice, aunque detrás de esa señal hay un entramado de normas y tradiciones milenarias.
El actual método de elección tiene sus raíces en un decreto emitido por el papa Nicolás II en 1059, que asignó a los cardenales obispos la responsabilidad de elegir al nuevo Papa. Esta disposición supuso un cambio trascendental, ya que limitó la injerencia del bajo clero y de las familias nobles romanas, allanando el camino hacia la conformación del Colegio Cardenalicio, formalizado posteriormente en 1150.
Hoy en día, este cuerpo eclesiástico tiene la tarea de elegir al líder espiritual de más de mil millones de fieles alrededor del mundo. Según informan desde el Vaticano, el cónclave -nombre que recibe la reunión donde se realiza la elección- se convoca entre 15 y 20 días después de que la sede papal queda vacante, ya sea por fallecimiento o renuncia del pontífice. Este plazo, establecido en 1922, permite que los cardenales provenientes de distintas partes del mundo puedan llegar a Roma.