Israel e Irán se enfrentan en un nuevo intercambio de ataques, ya en su quinto día de conflicto. Según la versión oficial difundida tras la madrugada del viernes 13 de junio, el objetivo de habría sido destruir enclaves militares y nucleares estratégicos en territorio iraní.
Para analizar esta escalada, no basta con observar los hechos recientes: es necesario remontarse a la Revolución Islámica de Irán en 1979, un punto de inflexión que marcó la adopción de una ideología abiertamente antiisraelí por parte del nuevo régimen.
Desde entonces, Irán financió diferentes milicias en la región, como Hezbolá en Líbano y Hamás en Palestina, organizaciones que sostienen una oposición frontal contra el Estado de Israel.
No obstante, algunos analistas y discursos recurren incluso a referencias más antiguas para explicar el trasfondo profundo de esta enemistad, ubicando sus raíces en relatos de la Biblia.
Guerra entre Israel e Irán: ¿Qué dice la Biblia y el "fin de los tiempos"?
Los investigadores, como Felipe Arancibia Venegas, sugieren que varias profecías bíblicas relacionadas con Irán e Israel podrían estar manifestándose desde 2017.
Un punto central de esta interpretación es Mateo 24:12-13, que describe un aumento de la maldad y una disminución del amor, pero también enfatiza la salvación para aquellos que perseveren.
La parábola de la higuera en Mateo 24:32-34 es otro pasaje clave, a menudo interpretado como una referencia del resurgimiento de Israel como nación en 1948.
Además, profecías en Daniel 9:27 y Apocalipsis 11:1 se utilizan para señalar la futura reconstrucción del templo en Jerusalén y un pacto de paz que se rompería por la figura del "Anticristo".
Complementariamente, los libros de Deuteronomio 30:3 y Ezequiel 37 se citan para respaldar la idea del retorno del pueblo judío a la Tierra Prometida y su restauración como nación.
Estas interpretaciones, en conjunto, forman la base de la perspectiva de que estos eventos bíblicos están convergiendo en la actualidad.
¿Tienen Irán e Israel arsenal nuclear?
Desde fines de la década de 1970, Israel cuenta con un avanzado desarrollo nuclear, aunque mantiene una política de "ambigüedad estratégica": ni confirma ni desmiente oficialmente la existencia de armas atómicas.
Sin embargo, la comunidad internacional considera probado su arsenal desde que, en 1986, el técnico Mordejái Vanunu filtrara información sensible en el Sunday Times sobre las instalaciones de Dimona. Poco después, el Mossad lo capturó en Roma y lo trasladó clandestinamente a Israel, donde fue condenado por traición y espionaje.
En contraste, Irán no posee armamento nuclear, aunque su programa atómico fue motivo de fuerte preocupación internacional. Las negociaciones para supervisarlo fueron interrumpidas en múltiples ocasiones, generalmente por factores geopolíticos.
Desde el inicio de la ofensiva militar en Gaza, Israel intensificó su enfrentamiento con Irán, incluyendo por lo menos dos ataques directos y diferentes operaciones encubiertas.
El primero ocurrió el 1 de abril de 2024, cuando bombardeó el consulado iraní en Siria y asesinó a altos mandos de la Guardia Revolucionaria. La respuesta iraní fue limitada y consistió en el lanzamiento de unos 300 drones, la mayoría de los cuales fueron neutralizados.
Posteriormente, el 31 de julio de 2024, Israel atacó la residencia de Ismail Haniyeh, dirigente político de Hamás, lo que agravó aún más la tensión en la región.
Más allá de los objetivos declarados, es necesario considerar qué intereses internos podrían estar motivando a Israel a escalar el conflicto con Irán en este momento. La ofensiva tiene claras implicancias políticas para el gobierno de Benjamin Netanyahu, que encuentra en la situación bélica una oportunidad para cohesionar a los sectores más duros de su coalición, particularmente figuras como Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, representantes de la corriente ultranacionalista.
Por último, cabe señalar que el ataque coincide con el inicio de nuevas conversaciones entre Irán y Estados Unidos sobre el programa nuclear iraní. La ofensiva israelí interrumpió de facto estas negociaciones, contribuyendo así a dinamitar cualquier acercamiento diplomático entre ambos países.