

En un discurso en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, marcado por un tono profundo y sorprendentemente directo, el papa León XIV volvió a colocar en el centro del debate un tema que casi nadie quiere mirar de frente: la muerte. Para el Santo pontífice, la sociedad moderna la convirtió en un tabú que distorsiona su verdadero sentido espiritual.
El papa León XIV describió la muerte como una paradoja esencial de la existencia humana: natural por formar parte del ciclo de la vida, pero percibida como antinatural debido al deseo de eternidad que “todo corazón humano” lleva dentro. Ese deseo, afirmó, es el que hace que muchos vean la muerte como un “contrasentido”.
Según dio a conocer Vatican News, León XIV dedicó buena parte de su reflexión a invitar a los fieles a mirar la muerte “sin temor”. Apoyándose en san Alfonso María de Ligorio, afirmó que este misterio es una “gran maestra de vida” que ayuda a priorizar lo esencial, especialmente en tiempos donde abundan las distracciones y la prisa.

El desafío al transhumanismo y la pregunta que incomoda a la ciencia
En medio de los debates actuales sobre el transhumanismo, León XIV lanzó una pregunta que busca tocar la raíz del problema: “¿Puede la ciencia vencer la muerte? Y si pudiera, ¿garantizaría una vida feliz?”. Para él, la promesa tecnológica de inmortalidad no puede sustituir el sentido profundo de esperanza que ofrece la fe.
El Pontífice peruano subrayó que la respuesta cristiana a la muerte no compite con la ciencia, sino que la trasciende. Recordó que “solo la luz nueva de la Resurrección” permite comprender este misterio, pues revela que la muerte no es el final, sino el tránsito hacia “una eternidad feliz”.
La muerte como maestra y no como enemiga
León XIV insistió en que la cultura contemporánea convierte la muerte en algo prohibido: “una especie de tabú, un acontecimiento que debe mantenerse lejos”. Sin embargo, afirmó que enfrentarla con serenidad ayuda a ordenar la vida cotidiana y a tomar decisiones más humanas y conscientes.
Según León XIV, meditar sobre la finitud no quita esperanza; por el contrario, introduce una claridad que la sociedad necesita. “El paso por la tierra nos prepara para la eternidad”, expresó, invitando a recuperar la tradición de contemplar la muerte no como amenaza, sino como parte del camino.

“Hermana muerte” y un llamado urgente a la paz
El mensaje culminó con una invitación a mirar la muerte con la confianza que nace de la Pascua. Gracias a Cristo Resucitado, dijo, incluso puede llamarse “hermana”, como lo hacía san Francisco, porque la resurrección libera del miedo “a desaparecer” y abre a la alegría sin fin.
Antes de concluir, León XIV expresó su “profundo pesar” por el renovado conflicto entre Tailandia y Camboya, lamentó las víctimas civiles y pidió “cesar inmediatamente el fuego y retomar el diálogo”.














