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Un equipo de investigadores logró resolver uno de los misterios más perdurables del antiguo Egiptocuando identificóla causa real de la muerte del faraón Tutankamón, según revelan recientes análisis genéticos.

Los estudios confirman que el joven rey, quien ascendió a su trono siendo apenas un niño y falleció a la temprana edad de 18 años, sucumbió a repetidos ataques de malaria que debilitaron progresivamente su salud.

Tutankamón, considerado uno de los faraones más emblemáticos de la historia egipcia, adquirió notoriedad mundial tras el descubrimiento de su tumba en 1922 por el arqueólogo Howard Carter.

Este hallazgo no solo desató un renovado interés por la egiptología, sino que también dio origen a numerosas leyendas sobre supuestas maldiciones asociadas a quienes perturbaran su descanso eterno.

Encontraron la verdadera causa de la muerte de Tutankamón 3,000 años después de su muerte

A través de pruebas genéticas, encontraron que Tutankamón murió por ataques repetidos de malaria, una enfermedad causada por el parasito conocido como Plasmodium, el cual es trasmitido por la picadura de un mosquito infectado.

"Las pruebas muestran que Tutankamón había sido infectado con malaria, lo que pudo haberlo matado", explicó Tim Batty, quien participó en el análisis.

Además, se logró identificar que los abuelos de Tutankamón fueron el faraón Amenhotep III y su esposa, la reina Tiye, quienes también padecieron la misma enfermedad.

En específico, se encontró el ADN de diferentes cepas del parásito, lo que indica que fue infectado repetidamente, lo que pudo haberle causado una respuesta inmune fatal o desencadenar un choque circulatorio.

De todas formas, los expertos insisten en que el faraón podría haber sufrido otros problemas de salud que habrían agravado su cuadro médico.

En última instancia, se determinó que su muerte probablemente fue el resultado de la combinación de sus múltiples trastornos debilitadores, una fractura en la pierna como resultado de una hipotética caída y una infección grave de malaria.

El diagnóstico de Tutankamón, más complicado de lo que se creía

Tomografías computarizadas anteriores demostraron que posiblemente sufrió de necrosis y la enfermedad de Kohler, un trastorno óseo que afecta el pie. También se lo relacionó con escoliosis, una curvatura anormal de la columna vertebral.

Asimismo, se planteó la hipótesis de que pudo haber padecido síndromes como el de Marfan, Klinefelter o Frohlich, aunque estas teorías aún son sujeto de debate.

Por otro lado, la presencia de bastones en su tumba, junto con grandes medicamentos encontrados, sugieren que podría haber tenido problemas para caminar y haber sufrido malaria.

Por último, se sugirió que sufría de epilepsia del lóbulo temporal congénita, lo que explicaría su religiosidad de su bisabuelo Tutmosis IV y su padre Akenatón, y sus muertes prematuras.