Luego de una cirugía intestinal a la que se sometió en julio, a sus 84 años el papa Francisco habló hoy sobre su estado de salud y aclaró en una entrevista radial que no está pensando en renunciar e incluso, que está viviendo "una vida totalmente normal".

En declaraciones a la cadena de radio española COPE, Francisco desestimó un informe de un periódico italiano de que podría renunciar, diciendo: "No sé de dónde sacaron la semana pasada que iba a renunciar".

También sostuvo que es casi seguro que asistirá a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) en Glasgow en noviembre.

En la entrevista, el Sumo Pontífice le agradeció a un enfermero del Vaticano por convencerlo de que se sometiera a una cirugía para extirpar parte de su colon en lugar de continuar el tratamiento con antibióticos y otros medicamentos, como algunos médicos habían favorecido.

"Me salvó la vida", afirmó el Papa.

Francisco, quien fue elegido pontífice en 2013, se sometió a una cirugía el 4 de julio y pasó 11 días en el hospital. Había estado sufriendo un caso severo de estenosis diverticular sintomática, un estrechamiento del colon.

"Ahora puedo comer de todo, lo que antes no era posible (...), llevo una vida totalmente normal", afirmó, agregando que le extirparon 33 centímetros de intestino.

Además, desestimó el informe de su posible renuncia al describir su programa completo, con un viaje a Hungría y Eslovaquia del 12 al 15 de septiembre y visitas a Chipre, Grecia y Malta en trámite, así como su asistencia prevista a la COP26.

El periódico Libero informó el 23 de agosto que había "un cónclave en el aire" en el Vaticano, una referencia a la reunión secreta en la que los cardenales eligen un nuevo Papa cuando el titular muere o dimite. Dijo que Francisco había hablado de renunciar, posiblemente para coincidir con su 85 cumpleaños en diciembre.

"Siempre que un Papa está enfermo, hay una brisa o un huracán sobre un cónclave", explicó Francisco a COPE.