Si en 2014 fueron las elecciones presidenciales las que signaron los acontecimientos más trascendentes de varios países de América latina, -tal es el caso de Brasil, Bolivia, Uruguay y Colombia-, la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos y el esperado fin exitoso de las conversaciones de paz entre el gobierno y la guerrilla colombiana dominarán el escenario político regional en 2015.

En el plano económico, un factor que estará presente será la evolución de los precios de las materias primas, en particular el valor del barril del petróleo. La desaceleración de la economía china, el encarecimiento del fnanciamiento externo y perspectivas de menor ingreso de capitales, sellarán el final de una década de mayor crecimiento de América latina, según señala un informe de la OCDE.

El primer día de 2015, la presidenta brasileña Dilma Rousseff iniciará un segundo mandato con un colchón político debilitado por los casos de corrupción en empresas estatales que involucran a altos funcionarios del partido gobernante. La economía del gigante sudamericano avanza a paso lento y con déficit fiscal récord. La elección de Joaquim Levy como nuevo ministro de Hacienda pronostica un fuerte ajuste del gasto y una revisión del papel de la banca pública, que en los últimos cuatro años financió a sectores industriales en problemas y otorgó subsidios a los más necesitados lleva a no descartar turbulencias sociales.

El 22 de enero el presidente boliviano Evo Morales tomará posesión para un tercer mandato tras ganar los comicios por más del 50% de los votos. El auge minero y gasífero boliviano, el boom de consumo en las zonas urbanas con el crecimiento de las importaciones, la ausencia de una oposición fuerte y el manejo prudente de la economía, pronostica un año sin fuertes contratiempos para el primer presidente indígena de Bolivia

En marzo le toca el turno de Tabaré Vázquez quien sucederá a José "Pepe" Mujica en la presidencia de Uruguay. No se esperan cambios significativos en el rumbo político iniciado por la alianza izquierdista Frente Amplio aunque con un perfil más bajo.

En Chile, la presidenta Michelle Bachelet, quien también ejerce un nuevo mandato, buscará avanzar en las reformas estructurales prometidas en educación y salud. El planteo de una nueva Carta Magna enfrentará trabas en el Congreso.

Venezuela termina 2014 con serias dificultades económicas y desabastecimiento de artículos de primera necesidad, por causa de la fuerte caída de los precios del crudo, su principal fuente de ingresos. En el corto plazo no se ven señales de que el deterioro económico pueda mejorar lo que presagia problemas sociales para el presidente Nicolás Maduro, enemigo declarado de Estados Unidos.

La caída del precio del petróleo también afectará a Ecuador, aunque la economía del país está en una situación mucho mejor que la venezolana.

En el plano electoral, en julio se realizarán comicios legislativos en México que serán una prueba de fuego para el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto quien comenzó su gestión con el propósito de implementar una reforma del sistema energético del país y que ha quedado a mitad de camino por causa del desplome del crudo. La violencia del narcotráfico y la reacción popular ante la abulia oficial en el caso desaparición de 43 estudiantes en el estado de Guerrero, presagian un escenario social complicado para el líder del PRI.

El resultado de la gestión de los mandatarios de la región tendrá su impacto en las elecciones generales que en octubre se realizarán en nuestro país.

Pero sin dudas, el primer encuentro formal, entre Barack Obama y Raúl Castro, luego del anuncio de sus acuerdos de "normalización" de relaciones diplomáticas, previsto para el 10 de abril en el marco de la VII Cumbre de las Américas que tendrá lugar en Panamá, será el hecho político más relevante de 2015. Esta Cumbre tendrá una trascendencia histórica porque marcará el regreso de Cuba a la organización hemisférica de la que fue expulsada en 1962.

En su último año al frente de la Casa Blanca, Obama intentará recuperar el protagonismo de la primera potencia mundial en América Latina. La afinidad de varios gobiernos de la región críticos del rol de Estados Unidos, sumados a la creciente presencia de China en sectores estratégicos clave y también de Rusia, aunque en menor medida, tienen que ver con el propósito de volver a pisar fuerte en su "patio trasero".