La economía mundial ingresa en una fase de reconfiguración marcada por la convergencia entre tecnología, política económica y tensiones geopolíticas. La mayor parte de esa transformación se apoyará en la inteligencia artificial (IA), cuya expansión aceleró la reasignación de capitales, impulsó decisiones fiscales y redefinió estrategias de inversión en las principales economías. En este contexto, la Perspectiva Económica y de Mercado 2026 de Mercer delineó un escenario en el que la innovación tecnológica y la moderación de los riesgos macro financieros convivirán como motores centrales del crecimiento global.

El informe destacó que el avance de la IA actúa como un punto de inflexión para la actividad económica internacional. Según Rupert Watson, líder global de Economía y Asignación Dinámica de Activos de Mercer: “Esperamos que la economía global se fortalezca un poco en 2026 a medida que disminuyan los vientos en contra del comercio y las políticas monetarias y fiscales se flexibilicen marginalmente”. Añadió que, en Estados Unidos, la Ley One Big Beautiful Bill Act (OBBBA) dará sostén fiscal y que “el auge continuo de la IA debería apoyar la actividad del mercado en EE. UU.”, en un contexto donde los balances de los hogares mejoraron tras varios años de subas bursátiles.

En ese marco, Mercer proyectó que la inversión global en IA, liderada por Estados Unidos, alcanzará los 500 mil millones de dólares para 2026, un salto que impulsará la inversión empresarial y dinamizará múltiples regiones. Max Becker, estratega de multi-activos de la consultora, subrayó que, aunque el potencial transformador de la tecnología es enorme, “la magnitud del capital y la incertidumbre sobre los retornos representan riesgos para los mercados”.

Sin embargo, el informe advirtió que el salto tecnológico también plantea desafíos. Mercer señaló que las valuaciones del sector tecnológico “se ubican en niveles muy exigentes” y que algunos segmentos muestran “señales de espuma” después de varios años de subas.

La consultora remarcó que el ritmo de inversión en IA podría generar retornos inferiores a los previstos si la capacidad de monetización no acompaña el flujo de capital. Además, destacó que los riesgos geopolíticos —incluidos los conflictos en Europa del Este y Medio Oriente y las tensiones en torno a Taiwán— continúan condicionando las perspectivas globales, junto con presiones fiscales estructurales en Estados Unidos, donde la deuda pública avanzaría hacia niveles cercanos al 120% del PBI en la próxima década.

Fuente, Mercer, replica en español con IA.

A nivel internacional, el informe trazó un panorama dispar. En Europa, la zona euro avanzará gracias al gasto en infraestructura y defensa —con Alemania como eje—, mientras el Reino Unido enfrentará tensiones en productividad y en el frente fiscal, aunque sin señales de crisis inminentes. En Asia, Japón transita la salida de la deflación con mayor crecimiento nominal y reformas en gobernanza corporativa. China, por su parte, sostiene su liderazgo tecnológico a pesar de los desafíos en consumo y en el sector inmobiliario, y continúa como uno de los motores globales de innovación.

China continúa como uno de los motores globales de innovación.Fuente: Freepik

Los bancos centrales mantendrán su protagonismo en 2026. Según el informe, “la inflación global se mantendrá cerca de los objetivos”, mientras la Reserva Federal aplicará un ciclo gradual de recortes de tasas. En paralelo, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra conservarán posturas prudentes, y en Japón la presión sobre el mercado laboral podría derivar en nuevas subas de tasas.

En materia financiera, Mercer adoptó una postura neutral sobre las acciones de mercados desarrollados, debido a la coexistencia entre el fuerte crecimiento de ganancias impulsado por la IA y valoraciones elevadas, a lo que se suman riesgos vinculados con aranceles. En los mercados emergentes se abren oportunidades selectivas, con especial foco en la deuda de alto rendimiento en Asia y en los mercados frontera. Para los bonos gubernamentales, se prevé que los rendimientos se mantendrán estables.

En paralelo, el informe amplió su análisis sobre la evolución de los mercados privados y destacó tres tendencias estructurales que continuarán en 2026. Mercer describió un escenario de salidas más lentas para los fondos tradicionales —debido a valuaciones exigentes y costos de financiamiento más altos— y anticipó un mayor uso de herramientas de IA para evaluar carteras híbridas que combinan activos públicos y privados. También subrayó la expansión de los vehículos financieros semilíquidos destinados a inversores minoristas, un segmento que, según la consultora, podría superar los cinco billones de dólares a escala global hacia 2030. Aunque el fenómeno abre oportunidades de diversificación, Mercer advirtió que persisten riesgos vinculados con el descalce de liquidez y con la calidad de ciertos activos heredados del ciclo previo.

Otro punto destacado es la democratización del mercado privado, un fenómeno que amplió la participación minorista e integró inversiones relacionadas con IA en carteras públicas y privadas. Esta dinámica, junto con episodios de volatilidad, posicionó a los fondos de cobertura para capturar oportunidades de alfa. Aun así, Mercer advirtió que persisten riesgos vinculados con carteras heredadas de capital privado y préstamos directos.

La consultora concluyó que 2026 consolidará un año donde la tecnología, la política fiscal estadounidense y el liderazgo asiático definirán el nuevo mapa económico global. En un entorno atravesado por riesgos geopolíticos y financieros, Mercer reforzó la importancia de estrategias activas y de una visión global para navegar un ciclo que combinará oportunidades de inversión y desafíos regulatorios.