El supertifón Mangkhut, el más violento del año, causó al menos doce muertos el sábado en Filipinas, donde golpeó el norte del país con fuertes vientos y lluvias torrenciales, y un muerto en Taiwán, además de obligar a decenas de miles de personas a abandonar sus casas.
Entre los doce muertos registrados hasta ahora en el país se encuentran dos mujeres sepultadas por un corrimiento de tierra, una niña que se ahogó y un agente de seguridad que murió tras la caída de una pared, informó el consejero presidencial Francis Tolentino.
A este balance se le añade la muerte de una mujer que fue arrastrada por las olas en Taiwán. La isla, aunque se sitúa a cientos de kilómetros de Filipinas y de la trayectoria del tifón, sufre fuertes precipitaciones desencadenadas por Mangkhut.
Alrededor de cuatro millones de habitantes se encontraron al paso del destructor tifón en el norte de Luzón, la principal isla del archipiélago filipino.
"Este número [de víctimas] debería aumentar a lo largo de las horas", previno Ricardo Jalad, jefe de la oficina nacional de la defensa civil.
Tras el paso de Mangkhut, que se dirige ahora hacia las zonas altamente pobladas del sur de China, los socorristas filipinos fueron desplegados en las regiones rurales y montañosas más afectadas. Los vientos alcanzaron hasta los 330 km/h.