Brasil y China firmaron ayer, en Durban, Sudáfrica, un acuerdo de swap de monedas que servirá, en la práctica, para brindar más seguridad al comercio y los compromisos financieros entre ambos países, según anunció el Banco Central (BC) brasileño.
Por el acuerdo, cada uno de los bancos centrales tendrá disponible para el otro hasta R$ 60.000 millones o 190.000 millones de yuanes (equivalente a aproximadamente u$s 30.000 millones), en caso de dificultades para obtener moneda extranjera en el mercado internacional.
Según los negociadores brasileños, la operación no servirá para estimular el comercio. Pero indica al mercado que una nueva fuente de liquidez protege ambos países contra dificultades en sus balances de pago, facilitando una mejora en la clasificación de riesgo de China y Brasil.
El arreglo bilateral es una de las iniciativas de coordinación de políticas financieras y monetarias que en los últimos años ensayaron los países conocidos como Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que realizan esta semana su reunión cumbre en Durban.
Dos de las principales decisiones que deben tomar los ministros de Economía y presidentes de bancos centrales de los cinco países van en la misma dirección de articulación de las naciones en el mercado financiero internacional: se anunciará el inicio oficial de las negociaciones para constituir el Banco de los Brics, una entidad de desarrollo para proyectos conjuntos de los países y actuación en naciones menos desarrolladas, y un arreglo contingente de reservas, mecanismo por el cual cada uno de los miembros de los Brics dejará parte de sus reservas en dólar u otra moneda convertible disponible para cualquiera de los otros integrantes del grupo, con el fin de que lo utilice en caso de dificultades en el balance de pagos.
Mientras el arreglo contingente de reservas es un mecanismo que usa monedas fuertes de países desarrollados de las reservas internacionales de los Brics, el swap que firmarán Brasil y China se denomina en moneda local y puede utilizarse para el pago de compromisos entre un país y otro, reduciendo la necesidad de operaciones de cambio en dólar, euro o yen.
El acuerdo beneficia especialmente a Brasil, porque China es el principal importador de productos brasileños y el mayor exportador de mercancías para el mercado nacional.
Brasil vende principalmente commodities como mineral de hierro y soja. E importa diversos productos, entre los cuales tienen importante participación los electrónicos, como celulares y partes para la industria de televisión, hornos para minería y neumáticos, entre otros.
El gobierno brasileño no está interesado en estimular el aumento de las importaciones provenientes de China, pero el acuerdo de swap garantiza al mercado que, a pesar de las condiciones más desfavorables, los dos países pueden sostener su flujo comercial y de inversión, recurriendo a ese adicional de reservas que puede accionarse en cualquier momento. China provee poco más de 16% de todo lo que Brasil importa.