Corea del Norte es uno de los países más cerrados que existen. Ocupa el segundo puesto, tan sólo superado por el país africano Eritrea, de los países con más censura y control de la información; de acuerdo a lo publicado anualmente en el Press Freedom Index elaborado por Periodistas Sin Fronteras. Para romper con este cerco informativo, un grupo está; desde principios de este año, contrabandeando material considerado "subversivo" por el régimen de Kim Jong-un. ¿Cómo? usando los clásico pendrives que ingresan al país de cualquier forma concebible, hasta llevados en globos y soltados desde el aire.
La Fundación Derechos Humanos inició la campaña "Flash Drives para la Libertad" a principios de este año. Los activistas descontentos con la creciente crisis humanitaria en Corea del Norte están llenando las unidades flash (memorias SD, pendrives, etcétera) con la información de todo tipo en un intento por educar al público general y derrocar el régimen de Kim Jong-un. El Director de Estrategia para la Fundación Derechos Humanos, Alex Gladstein, dijo al medio extranjero Business Insider que el frágil gobierno de Corea del Norte "ha intensificado su guerra contra la información de afuera, tanto para restringir el ingreso de información de afuera como fortaleciendo la propaganda interna. El régimen simplemente no puede sobrevivir en un entorno de información abierta". La fundación considera a su operación como una alternativa mucho más eficaz a la acción militar que podría dañar al pueblo de Corea del Norte.
Estos pendrives ingresan al territorio de las maneras más increíbles. Una de ellas es, literalmente, caídos desde el cielo. "El uso de globos es sólo una de las estrategias para ingresar información en Corea del Norte. Algunas de las otras formas incluyen transmisiones de radio y redes de activistas en China. En 2015 la Fundación Derechos Humanos empezó a usar drones, aunque a muy baja escala. Sólo el año pasado entre los distintos grupos de colaboradores se enviaron unos 7500 pendrives. El objetivo de Flash Drives por la Libertad es aumentar considerablemente ese número", explica Valentín Muro, un activista y el primer colaborador argentino del proyecto.
Estos pendrives contienen de todo un poco: los activistas norcoreanos determinan qué es lo que va en las memorias. El contenido puede variar desde telenovelas surcoreanas, películas de Hollywood (una de las populares es Los Juegos del Hambre), versiones en coreano de la Wikipedia hasta entrevistas con desertores.
Hoy, la red de activistas se alarga hasta llegar a nuestro país. "Estamos empezando una campaña de recolección en Buenos Aires para acercar pendrives y tarjetas SD de cualquier capacidad, todo suma. A fin de mes vamos a llevar todo para San Francisco, y, eventualmente, llegarán a Corea del Norte. Hace unos días pusimos en línea la web en castellano, con más información", relata Muro. "Las preguntas y la curiosidad son el principal peligro para cualquier discurso totalizador. Cada pen drive es una ventanita al mundo exterior para un ciudadano norcoreano, que le permite conocer qué está sucediendo realmente y poder poner en duda la propaganda gubernamental con la que son expuestos constantemente", finaliza.
