Durante la inauguración, frente a periodistas y emprendedores del ámbito del diseño y la tecnología, Rodrigo Pérez Weiss, fundador de 3D Lab, se refirió a la tecnología 3D como una herramienta revolucionaria para los emprendimientos sociales. Y contó el caso de Robohand, un emprendimiento de fabricación de prótesis a medida. Fue creado por el padre de un niño sin manos, que al no poder pagar una prótesis (por encima de los u$s 25 mil), diseñó una para su hijo por un valor de menos de u$s 50, que pueden replicar todos aquellos que la necesiten, ya que es una tecnología de uso libre. "Queremos impulsar la innovación social, y por eso organizamos un concurso para diseñadores. El ganador podrá imprimir su proyecto en 3D gratis", anunció Pérez Weiss.
El establecimiento, ubicado estratégicamente a pocas cuadras del Polo Científico del Ministerio de Ciencia y Tecnología, demandó para su "puesta a punto" una inversión de $ 200 mil por parte del emprendedor.
Tuneá tu sandwich
Para aquellos que quieran tomar algo, y de paso llevarse algún recuerdo tangible, el bar ofrece un menú de interesantes alternativas, como tomar un curso de "introducción al diseño 3D" (recomendable para los no iniciados). Los más expertos pueden jugarse a imprimir un regalo personalizado, cuyo costo depende del tamaño, tiempo y cantidad de material que lleva la impresión. Hay desde cuatro anillos o piezas de bijou por $ 50, hasta una taza o vaso por $ 200. Para los más audaces o desesperados, se puede reproducir el repuesto de plástico para la moto o la licuadora que no se consigue en el mercado. Y para aquellos con un ego amplio y billetera que acompañe: hacerse su propia estatuilla o busto (en escala) cuesta $ 150 el escaneo de cuerpo completo y $ 400 la impresión.
