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Cada vez más trabajadores locales especializados en tecnología prefieren trabajar para el exterior desde la Argentina y desempeñarse como "freelancers".

Estos profesionales ofrecen sus servicios a empresas localizadas fuera del país y cobran en divisa extranjera y la regulación local establece que todos sus ingresos en dólares o euros deben ser pesificados a la cotización del Banco Nación (que hoy ronda los $ 107) y además, deben pagarse impuestos como monotributistas de la categoría "E".

"Quienes trabajan en el mundo de la tecnología de forma independiente, o como freelance, se enfrentan directamente a esta situación. Al día de hoy, si sos un freelance que trabaja como monotributista interiormente de la justicia, por cada u$s 1.000 que factures te quedan US$ 450 que se cobran al dólar oficial. Y este porcentaje es aún peor cuando se supera el linde que obliga a dejar el monotributo y saltar a algo más confuso; en este caso,aquel que gane u$s 5.000 tendrá más costos e impuestos y terminará ganando u$s 1.465, casi lo mismo que si ganara la porción", explica GustavoGuaranga, CEO de Snoop Consulting.

En este contexto, los freelancers argentinos se vuelcan al mercado informal para cobrar salarios en dólares y evitar el cepo. Hoy en día, el método más popular son las criptomonedas, ya que los argentinos pueden convertirlas con facilidad a pesos argentinos o a dólar billete.

Pero, ¿cuán redituable es trabajar para el exterior? Arc Skoru, una plataforma para equipos de empresas, realizó un estudio y descubrió que los programadores y desarrolladores argentinos que trabajan para empresas de los Estados Unidos y Europa tienen salarios hasta cuatro veces más altos que el resto de los empleados IT.

Puntualmente, según el mismo relevamiento, los especialistas en tecnología argentinos que son contratados por firmas del extranjero ganan entre 2,9 hasta 3,4 veces más que los que trabajan para el mercado local.

De la encuesta participaron un total de 1.354 desarrolladores de América latina que brindan sus servicios para el extranjero y Arc Skoru constató que este es un fenómeno común en toda la región: los sueldos de estos trabajadores duplican y, en algunos casos, cuadriplican los de los programadores que trabajan para empresas locales.

Aquellos con más experiencia, es decir, los programadores de la categoría "senior" que ya tienen seis años o más de experiencia en un mismo puesto, pueden cuadriplicar este monto.

¿Por qué los argentinos son tan buscados por empresas del exterior?

En la Argentina, hay escasez de trabajadores tecnológicos y quedan 15.000 puestos sin cubrir, según datos de la Cámara de la Industria Argentina del Software.

Este flagelo no es local, sino que es global: tanto en los Estados Unidos, como en Europa también faltan programadores, desarrolladores y especialistas en tecnología, por tanto, son muy demandados en todos los mercados.

En este contexto, los argentinos con experiencia en puestos de tecnología y que saben inglés, tienen más posibilidades de ser buscados por reclutadores del exterior a través de redes sociales de empleo como LinkedIn.

En la mayoría de los casos, estos profesionales dicen que sí a las propuestas por varias razones: en primer lugar, el salario es alto y en dólares.

Según fuentes del sector consultadas por Infotechnology, los salarios iniciales son de u$s 1.500 y u$s 2.000 para juniors mientras que un semi senior o senior cobra entre u$s 4.000 y u$s 8.000 al mes. Por otro lado, también hay ofertas que superan los u$s 15.000 mensuales.

Al ser en dólares, los argentinos eligen distintas maneras de ingresarlo al país sin perder mucho por la cotización. Para esto, existen plataformas como Bitwage, criptomonedas, Payoneer, billeteras virtuales en países como Estados Unidos, Suiza, Alemania y España, entre otras, que permiten resguardar la moneda extranjera.

En segundo lugar, la zona horaria es similar, lo que permite establecer contratos a largo plazo. Por ejemplo, la Argentina está solo una hora por delante que Canadá y hay entre tres y cuatro horas de diferencia en los Estados Unidos.

En tercer lugar, los empleadores sienten que a pesar de la distancia, la cultura en la Argentina es muy parecida a la cultura del trabajo de Canadá, por ejemplo. Por lo que el choque cultural no es para nada un problema.