El pasado 3 de septiembre de 2025, en el marco del Día de la Victoria que conmemora el fin de la Segunda Guerra Mundial, China sorprendió al mundo al exhibir un arsenal militar de última generación en un desfile monumental celebrado en la plaza de Tiananmen, Beijing. Entre misiles hipersónicos, drones avanzados y vehículos autónomos, destacaron por primera vez varios sistemas antiaéreos láser, considerados una nueva era en las tecnologías de defensa.
Estos sistemas láser, identificados como modelos LY-1, fueron desplegados sobre vehículos militares grandes y equipados con potentes rayos de energía dirigida. Los expertos señalan que estas armas tienen la capacidad para detectar y neutralizar drones, misiles y otros blancos aéreos con una rapidez casi instantánea y una precisión milimétrica, superando ampliamente las capacidades de los sistemas antiaéreos convencionales.
Las nuevas armas láser son capaces de inutilizar o cegar sensores y electrónica enemiga y operan con un costo por disparo muy bajo, pues no requieren munición tradicional.
Esta tecnología, que parecía propia de la ciencia ficción, está ahora en estado avanzado de pruebas y despliegue, poniendo a China a la vanguardia en la carrera global de las armas de energía dirigida.
Implicaciones estratégicas y geopolíticas del rayo letal
La exhibición de armas láser no solo tiene un valor técnico, sino un fuerte mensaje estratégico. Con la presencia de líderes como Vladimir Putin y Kim Jong Un, el desfile dejó claro que China quiere no solo demostrar poderío militar, sino también liderazgo en innovación bélica frente a rivales como Estados Unidos. Se percibe que China ya integra estas armas en unidades activas del Ejército Popular de Liberación, lo que podría alterar radicalmente la dinámica de defensa aérea y guerra electrónica a nivel global.
La capacidad de negar el espacio aéreo a enemigos mediante energía dirigida y hacer casi inútiles los ataques aéreos convencionales supone un cambio disruptivo en las tácticas militares.
Estados Unidos y otras potencias estudian estos avances con cautela, conscientes de que contrarrestar este tipo de sistemas es un reto tecnológico y operacional de gran envergadura.
El avance de China en armas láser se suma además a una generación creciente de drones inteligentes, vehículos submarinos no tripulados y misiles hipersónicos, consolidando una postura militar multifacética y altamente automatizada.
