“Ay!... Si te viera Garay. Si te ve...Lo bonita que estás, de orgulloso nomás, él te funda otra vez . Las palabras de Eladia Blázquez son acertadas gracias, en gran parte, a la puesta en valor de la Galería Güemes (Florida 150). Es que a una primera etapa donde se recuperó la estética y la sofisticación de las cúpulas, los vitrales, los mármoles, los bronces y los frescos de antaño, se suma ahora la puesta en valor del mirador que solía funcionar, además, como un faro.

Actualmente se trabaja para que en poco tiempo más, luzca como entonces. Ya no actuará como faro, claro, pero sí ostentará una luz que la destacará en las noches porteñas. Por lo pronto, hoy es posible que el público acceda hasta el piso 14, donde se encuentra la base del mirador, para ascender por las angostas escaleras de hierro y poder disfrutar, así, de una vista privilegiada de los alrededores de la ciudad de Buenos Aires. Cúpulas ostentosas, un cielo infinito y hasta las costas uruguayas forman parte de la vista panorámica de 360 grados que hace años se privaba de los ojos curiosos.

Construida por el arquitecto italiano Francisco Gianotti, la Galería Guëmes se inauguró en 1915 con su mirador a 87 metros de altura, siendo entonces el único rascacielos de la ciudad. La también conocida como Pasaje Florida tiene una historia que vale la pena conocer. Pero a pesar de que mucho se sabe, otro tanto se desconoce.

En el 1900, la calle Florida era peatonal sólo 10 horas al día. Como la galería superaba la altura que entonces la municipalidad permitía, se vio obligada a realizar un pasaje peatonal para conectar las calles Florida y San Martín. El monumental edificio -de unos 20 mil m2 según informó Néstor Zakim, arquitecto a cargo del Programa Miradores del Gobierno porteño- sufrió un incendio en 1971 por lo que la fachada de la peatonal fue destruida. Así, sólo la de San Martín mantiene hoy las características originales. De todas formas, el año próximo se realizará una limpieza integral de su cara para recuperar el esplendor que ostentaba en juventud edilicia.

No sólo por su arquitectura art noveau italiano (surgida en Europa a fines del siglo XIX) y su altura imponente la Galería Güemes es un ícono de la ciudad. También por sus espacios y figuras de la cultura argentina y extranjera que colorearon su historia. Ejemplo de ello es el escritor Saint Exupery, quien vivió durante más de un año en el edificio donde escribió la novela Vuelo nocturno. Por si fuera poco, el coro armenio ensaya en sus alturas desde hace 45 años. Asimismo, en el teatro ubicado en el subsuelo (hoy funciona Piazzolla Tango) cantó Carlos Gardel; y a la cafetería Bonafide entraba asiduamente Bernardo de Yrigoyen. Julio Cortázar, por su parte, incluyó el paseo en el cuento El otro cielo. La galería albergaba, además, un cabaret, dos restaurantes y numerosas oficinas.

Símbolo de progreso, el edificio contaba con refrigeración, calefacción y ventilación forzada además de un sistema de tubos neumáticos que servía de correo interno. También el teatro era de avanzada ya que las butacas estaban montadas sobre una losa de hormigón armado con apoyo pivotante lo que permite cambiar la pendiente de la sala. Allí también llegó a actuar, como payaso y malabarista, el inolvidable Pepe Biondi. Asimismo, hasta la década del ‘50, la torre Mitre -desde el piso 6 hasta el 14- funcionó como un petit hotel.

En la actualidad, Galería Güemes alberga 24 locales comerciales, 14 góndolas y cuatro ochavas además de 300 oficinas distribuidas en las cuatro torres. Se calcula que a diario unas 25 mil personas la recorren y se espera que, a partir de la apertura del mirador, el número ascienda. De hecho, el Gobierno de la Ciudad organiza los jueves a las 16 -previa reserva- una visita guiada que incluye la proyección de un documental. La iniciativa se realiza en el marco del programa de la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico del Ministerio de Cultura Porteño.

La vista al mirador “está integrada a un circuito cultural de la galería. Es que queremos recuperar el patrimonio vivo , asegura la presidente de la administración del edificio, Cecilia Osler. Por ello aspiran instalar una galería de arte y organizar, entre otras cosas, actividades literarias en un futuro no muy lejano.

Para visitas: anotarse al 4323-9400 int: 2756, de 9 a 15