

En el mundo de los alimentos saludables, el salmón suele ocupar el primer lugar por su aporte de proteínas y grasas buenas. Sin embargo, hay otro pescado que lo supera en varios aspectos nutricionales y que gana terreno en las recomendaciones médicas: la caballa.
Este pescado azul, perteneciente a la familia de los escómbridos, contiene una concentración más alta de omega-3 que el salmón. Este ácido graso es clave para reducir el colesterol LDL (malo), aumentar el HDL (bueno) y prevenir enfermedades cardiovasculares.
Por cada 100 gramos, la caballa aporta cerca de 1,9 gramos de omega-3, lo que la convierte en una aliada poderosa para cuidar el corazón.
¿Por qué elegir este pescado?
Además de su perfil graso saludable, la caballa ofrece una combinación de minerales esenciales como fósforo, calcio, magnesio, yodo, hierro y potasio. Estos nutrientes cumplen funciones vitales en el cuerpo: fortalecen los huesos, regulan la presión arterial y mejoran el funcionamiento muscular.
También aporta vitaminas A, D y E. La primera favorece la salud de la piel y la visión; la segunda mejora la absorción de calcio y fortalece el sistema inmunológico; y la tercera actúa como antioxidante, ayudando a prevenir enfermedades degenerativas.
Beneficios concretos para la salud
- Reduce el colesterol: su alto contenido de omega-3 ayuda a limpiar las arterias y mejorar la circulación.
- Controla la presión arterial: el potasio que contiene contribuye a regular la tensión en los vasos sanguíneos, ideal para personas con hipertensión.
- Favorece la pérdida de peso: su densidad energética y alto nivel de proteínas permiten mantener la masa muscular mientras se reduce grasa corporal.

- Mejora la memoria: las vitaminas D y E, junto al omega-3, tienen efectos positivos sobre la salud cognitiva.
- Previene la anemia: el hierro presente en la caballa estimula la producción de hemoglobina y combate la deficiencia de este mineral.
¿Cómo incorporarla a la dieta?
La caballa se puede consumir fresca, enlatada o ahumada. Es ideal para preparar al horno, en ensaladas o como parte de platos fríos. Su sabor intenso combina bien con vegetales, legumbres y cereales integrales. Además, es más accesible que otros pescados como el salmón, lo que la convierte en una opción saludable y económica.













