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Lasalsa de tomate es uno de los pilares de la cocina mediterránea. Se usa en pizzas, pastas y otras recetas clásicas, pero no siempre se prepara bien. Aunque parece sencilla, tiene detalles que definen su sabor y textura. Cocineros italianos advierten que algunos ingredientes comunes pueden arruinarla.

Uno de los errores más frecuentes es usar albahaca seca. El chef Matthew Cutolo explicó que esta versión deshidratada puede dar un gusto "polvoriento" y opaco. En cambio, recomienda usar hojas frescas, que aportan aroma y un final más limpio.

También hay que evitar el ajo en polvo. La escritora gastronómica Marissa Stevens, autora del blog Pinch and Swirl, sugiere usar ajo natural. Según ella, el sabor del diente fresco es más profundo y realza el tomate sin alterar su perfil.

Otro punto clave es no agregar vino. Aunque algunos lo usan para cocinar, el chef Ciro Fodera advierte que puede aumentar la acidez del tomate. Lo mismo ocurre con ingredientes como las anchoas, que son ideales para una salsa puttanesca, pero no para una marinara pura. Su sabor fuerte y salado rompe el equilibrio que se busca en esta receta.

¿Cómo hacer una salsa marinara equilibrada?

Para lograr una salsa de tomate casera con buen sabor, hay que seguir tres reglas básicas:

  • Usar ingredientes frescos: tomate, ajo, aceite de oliva y albahaca.
  • Evitar condimentos secos o procesados.
  • Cocinar a fuego bajo y controlar el tiempo.

La acidez del tomate se puede regular con una cocción lenta y constante. Algunos cocineros también suman una pizca de azúcar o zanahoria rallada para suavizar el sabor, aunque esto depende del gusto personal.

La textura ideal no debe ser ni muy líquida ni muy espesa. Se busca una consistencia que se adhiera bien a la pasta o a la masa de pizza, sin que se vuelva pesada.