El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, aseguró ayer que “los intereses escondidos y la justicialidad son cómplices de la tragedia de Cromañón, en una misa en la catedral al cumplirse el tercer aniversario del siniestro en el boliche de Once .

“El llanto de los padres que lamentablemente, como dije hace dos años, no llegó a todo la ciudad. Un llanto que no se contagio por falta de solidaridad, de sensibilidad, y hoy tengo que repetir: Buenos Aires todavía no lloró suficiente esta tragedia‘, subrayó el purpurado porteño ante familiares, amigos y sobrevivientes.

Bergoglio advirtió que "Buenos Aires necesita paz, pero no la paz de cosmético que tapa todo, sino de la justicia, para no caer en el mismo error".

Decenas de personas se instalaron desde anoche en Plaza de Mayo para reclamar justicia y cárcel para los responsables de lo que consideran una "masacre" y comenzaron a preparar muestras y exposiciones para homenajear a los 194 fallecidos.

Las actividades previstas para hoy incluyeron, además, el toque de las campanas (194 repiques) de las iglesias porteñas, y actos frente al santuario aledaño al boliche de la tragedia tras la marcha desde Plaza de Mayo.

Grupos de padres instalaron un arbolito navideño fabricado con alambres y colgaron en él formas de zapatillas, la imagen emblemática de los jóvenes fallecidos.

Los familiares exigieron "juicio y castigo" al gerenciador del boliche de Once, Omar Chabán, en libertad por disposición judicial, y al diputado y ex jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, quien se encuentra sobreseído en los procesos por la masacre.

Padres y amigos resaltaron sin embargo que su "causa" es hacer "tomar conciencia" y alertar por "otros cromañones" que "existen a diario" en "escuelas y lugares públicos".

Las fotos de los jóvenes muertos, velas verdes y moldes de cartón con la imagen de las simbólicas zapatillas para pintar el piso de la plaza fueron las insignias que portaron los familiares durante la vigilia.