Un hallazgo arqueológico está reescribiendo la historia de la humanidad. Expertos de todo el mundo coinciden en que el descubrimiento de Göbekli Tepe, una estructura monumental con más de 13.000 años de antigüedad, cambia por completo la cronología aceptada sobre el origen de la primera civilización.
Ubicado en el sudeste de Turquía, este espacio se convirtió en uno de los sitios históricos más importantes del mundo. Su antigüedad, anterior incluso a la agricultura, desafía las teorías tradicionales sobre cuándo y cómo surgieron las primeras sociedades organizadas, convirtiéndose en una pieza clave para entender la evolución de la raza humana.
¿Cómo fue la primera civilización de la Tierra?
El complejo está formado por enormes pilares de piedra en forma de “T”, algunos de ellos de más de 50 toneladas, dispuestos en círculos con una precisión sorprendente. Estas estructuras, decoradas con relieves de animales y símbolos abstractos, revelan un nivel de sofisticación técnica y simbólica impensado para su tiempo.
Hasta su descubrimiento, los arqueólogos sostenían que primero surgió la agricultura y luego las grandes construcciones. Göbekli Tepe invierte ese orden, ya que fue construido miles de años antes de que existieran asentamientos agrícolas permanentes.
La magnitud del sitio sugiere la existencia de una estructura social compleja, con planificación, liderazgo y división del trabajo. Esta organización contradice la idea de grupos humanos pequeños y nómadas y abre la posibilidad de que haya existido una civilización avanzada previa.
¿Cuál es la importancia de este avance histórico?
El hallazgo obligó a los especialistas a revisar los manuales de historia. Para muchos investigadores, Göbekli Tepe demuestra que la religión, el simbolismo y la cooperación social pudieron haber sido el motor inicial de la civilización, incluso antes de la agricultura.
El principal eje del debate es cómo se organizaron las personas para realizar una obra de tal tamaño.
Algunos científicos plantean que este sitio funcionaba como un centro ceremonial, donde distintos grupos se reunían periódicamente. Esa necesidad de encuentro y cooperación habría impulsado avances organizativos clave para el desarrollo humano.
Un misterio aún por resolver: qué hay en esta excavación
A pesar de su relevancia mundial, sólo se ha excavado cerca del 5% de Göbekli Tepe. El resto permanece enterrado, lo que alimenta la expectativa de nuevos descubrimientos que podrían aportar más datos sobre quiénes fueron sus constructores y por qué decidieron enterrar deliberadamente el complejo.
Cada nueva excavación refuerza la idea de que aún sabemos muy poco sobre los primeros capítulos de nuestra historia. Göbekli Tepe no es sólo un hallazgo arqueológico, sino una advertencia de que la evolución humana fue mucho más compleja de lo que se creía.
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