Lo que empezó como una costumbre japonesa hoy se convierte en una tendencia global. Los inodoros inteligentes, también llamados washlets, avanzan en Europa y ganan espacio en hoteles de lujo, aeropuertos y viviendas particulares.
Su tecnología promete una higiene más profunda, cómoda y ecológica, y pone en duda el uso tradicional del papel higiénico.
Estos dispositivos incluyen funciones como limpieza con chorro de agua, temperatura regulada, secado con aire caliente, tapa automática y autolimpieza.
Marcas como TOTO, pionera en el rubro, lideran la expansión con modelos que ya se ven en establecimientos como el Mayfair Hotel de Londres o el Marriott City West de Múnich.
¿Por qué los washlets reemplazan al papel?
La limpieza con agua elimina más bacterias y reduce irritaciones, según estudios publicados en revistas científicas como Journal of Water, Sanitation and Hygiene for Development. Además, el uso de papel higiénico implica un alto consumo de agua en su producción, uso de químicos y generación de residuos sólidos.
Los washlets, en cambio, consumen menos recursos a largo plazo y ayudan a aliviar la presión sobre los sistemas de saneamiento. Esta ventaja ecológica, sumada a la incomodidad de las toallitas húmedas no biodegradables, impulsa su adopción en hogares que buscan alternativas más sostenibles.
¿Por qué no son masivos todavía?
El precio es una de las principales barreras. Los modelos más accesibles rondan los 1.200 euros, mientras que los más avanzados superan los 7.000 euros. Además, su instalación requiere enchufes cercanos y, en algunos casos, reformas en el baño. Esto limita su expansión en viviendas tradicionales.
También influye la cultura del papel higiénico, muy arraigada en Europa. Aunque influencers y redes sociales ayudan a visibilizar los beneficios de los washlets, el cambio de hábito aún avanza lento.
¿Dónde se usan hoy?
Además de hoteles y aeropuertos, algunos restaurantes y viviendas particulares ya incorporan estos inodoros. En muchos casos, los usuarios prueban sus funciones en espacios públicos antes de decidir instalarlos en casa. La experiencia suele ser positiva, lo que acelera el interés por adquirirlos.