A la espera del disparo de largada, que en algún momento hará Néstor Kirchner, el PJ comenzará un complejo proceso de normalización –se verá su profundidad o seriedad– hacia mediados del invierno de 2008. Será después de que el para entonces ex presidente aparque tras su primer raid por las provincias. Al menos es lo que prometió, paradójicamente, y una vez más, en consonancia con tourneés similares previstas por Eduardo Duhalde.

En principio, se pensaba para el Consejo Nacional del partido una pasada en limpio tras el verano, hacia marzo o abril. “Pero hay muchos asuntos que resolver en los PJ de provincias importantes , reconocieron a El Cronista altos operadores.

Desde ya, de entre todos esos partidos, sobresale el bonaerense, actualmente presidido por José María Díaz Bancalari.

El reelecto diputado nacional asumió en su momento la conducción en reemplazo del propio Duhalde; en uno de los primeros renunciamientos del ex presidente en su plan de moverse, preferentemente, entre las sombras.

Habrá que ver cómo se dan las cosas en el principal distrito electoral, pero en estas horas ha sonado el nombre de Alberto Balestrini, como el del futuro titular del Consejo provincial. En tanto, se tendrá que acomodar a varios pesos pesado, por el momento en estado de “diputado raso , tales los casos emblemáticos de Felipe Solá y del propio Díaz Bancalari. Otro asunto que deberá verificar próximamente es cuán serio es el rumor de que Kirchner no quiere que aquellos que tengan puestos ejecutivos sean, a su vez, autoridades formales de los PJ.

Si fuera así, el propio aún presidente estaría perfectamente habilitado para ser el próximo titular del Consejo Nacional del PJ, o como se llame la nueva criatura que vaya a parir –que por ahí excede al peronismo, hacia el centroizquierda–: el santacruceño no tendrá ningún cargo formal. Teniéndose por seguro que no existe en la Constitución Nacional la función de “primer caballero , como tampoco la de “primera dama .

Oráculo a consultar obligatoriamente, ha hablado Carlos Kunkel. “Hacia el fin de febrero, Kirchner empezará a recorrer el país desde Ushuaia a La Quiaca, para reorganizar el movimiento nacional; después se normalizará el PJ como herramienta electoral, a lo largo del año . Viendo la mitad del vaso lleno, el influyente diputado nacional sostiene que la mayor parte de los distritos está en orden.

El futuro PJ nacional, o como se llame, será entonces producto de un verdadero tour de force de Kirchner, quien deberá estar prudentemente alejado, al menos en lo escenográfico, de la gestión de Cristina Fernández. Lo que vaya a suceder en el on stage será, desde ya, otra cosa.

Kirchner no es afecto a las grandes cortes, como las que han tenido, en su momento, Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá, por ejemplo. Por eso es inimaginable que acepte a todos los dirigentes que se están proponiendo mediáticamente para subirse a este nuevo avión negro modelo 2008.

A la espera de los primeros pasos de Kirchner, quien también repasa su biblioteca es Duhalde. Como Kirchner, está dado a renovar cuadros, pensamientos, doctrinas y bajar la edad promedio del dirigente peronista actual. Hacia marzo empezará su propio plan de “charlas, conferencias, seminarios, exposiciones , con temas de su especialidad, como el productivismo económico.

Vaya coincidencia, porque ese será también caballito de batalla de un Kirchner que prefiere un país recalentado, antes que enfriado. Lo que los diferencia es que uno dice que va por la conducción del PJ o su sucedáneo y el otro no. No.

Al final del recorrido se tendrá idea de en que estadio queda el peronismo, en su re-renovación, agotada ya la experiencia renovadora de 1984, que con Antonio Cafiero, Carlos Menem, Eduardo Duhalde, José Manuel de la Sota y Carlos Grosso sepultó al herminismo. Se apuesta, obvio, por quiénes ocuparán las nuevas sepulturas.