Seguramente muy pocos de los que han recibido el Premio Nobel de la Paz le habrán dedicado tanto tiempo del discurso de aceptación a defender la guerra.

Barack Obama dijo que no estaría ahí, de pie en el Palacio Municipal de Oslo como presidente de Estados Unidos, sin los esfuerzos de Martin Luther King Jr, el líder afroamericano de la defensa de los derechos civiles que también ganó el mismo Premio y era reconocido por su compromiso con la no violencia.

“Pero como jefe de Estado he jurado proteger y defender a mi nación, y no puedo guiarme sólo por el ejemplo de King. Enfrento el mundo como es, y no puedo quedarme sin hacer nada ante amenazas para los estadounidenses. No se equivoquen: el mal existe en el mundo , agregó Obama, quien usó el discurso para justificar su reciente decisión de enviar 30.000 efectivos más a Afganistán.

El presidente estadounidense habló en el estilo tranquilo y didáctico que se ha convertido en su sello, pero el texto contenía algunos duros reproches para los que se oponen a la guerra de Afganistán, tanto en su propio partido como en Europa.

“Entiendo por qué la guerra no es popular. Pero también sé esto: raramente el convencimiento de que la paz es deseable basta para lograrla. La paz requiere responsabilidad. La paz implica sacrificio , señaló Obama.

“Hay veces en que el uso de la fuerza no sólo es necesario sino que está moralmente justificado , afirmó.

De todos modos, buscó diferenciarse de George W. Bush, su predecesor, poniendo énfasis en el compromiso de EE.UU. con el estado de derecho en tiempos de guerra y hablando de su decisión de cerrar el centro de detención de Guantánamo: “Nos perdemos cuando ponemos en riesgo los mismos ideales por los que luchamos .

El presidente prometió trabajar para que el mundo sea más pacífico negociando con Rusia y otras naciones para eliminar las armas nucleares, aumentar la cooperación internacional por el cambio climático y promover el desarrollo económico, la justicia y los derechos humanos.

Antes de la ceremonia, Obama había recordado cómo la decisión de conferir el premio a King había tenido “un efecto estimulante en todo el mundo, pero también elevó su prestigio en EE.UU. de manera tal que le permitió ser más efectivo .

Hay pocas señales inmediatas de que el premio tenga un efecto similar en el caso de Obama. Por lo contrario, una encuesta realizada esta semana en EE.UU. por la Universidad de Quinnipiac, halló que sólo 26% de los entrevistados cree que su presidente es merecedor del Nobel de la Paz. Y en Nueva York hubo protestas de los que se oponen a la guerra.

Thorbjørn Jagland, presidente del Comité del Nobel, señaló que el premio debe verse como un “llamado a la acción que busca intensificar el ímpetu de los esfuerzos estadounidenses por eliminar las armas nucleares.