Guillermo Nielsen será el nuevo embajador en Alemania, tras aceptar anoche el ofrecimiento que le efectuó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. De este modo, la administración cubre un casillero clave, con vistas a las negociaciones comerciales con una de las principales potencias del mundo, a su vez integrante del Club de París, la multilateral europea acreedora de la Argentina de unos 6,000 millones de dólares.
Nielsen, se afirmó en corrillos oficiales, tendrá como misión primordial aceitar el vínculo comercial con Alemania, un país que ya conoce por su actividad anterior como secretario de Finanzas y, sobre todo, por su antiguo paso diplomático por Bruselas.
Según se explicó, el conocimiento de Nielsen de la psique europea ha sido clave para designarlo en una legación diplomática que busca ser elevada de nivel por Cristina. Mäs aún después del encuentro mantenido, como candidata, con la premier Angela Merkel.
A su vez, Nielsen volverá a verse con Horst Köehler. El ex titular del FMI debió lidiar con el entonces secretario de Hacienda en ocasión de la borrascosa renegociación de la deuda externa argentina con los bonistas y con el Fondo. Entonces, el futuro embajador era el segundo de Roberto Lavagna.
Sin embargo, Nielsen pudo mantener una prudente distancia del proyecto político de Lavagna. Y salir relativamente indemne del culebrón que le bochó el presupuesto 2007 de la Ciudad de Buenos Aires, en su fugaz condición de ministro de Jorge Telerman.
Para muchos puede ser sorpresa el regreso de Nielsen a las zonas Kirchner. Sin embargo, se sabe que ya hubo intentos de ficharlo meses atrás, sin éxito. En ese caso hubo una descarnada conversación con Alberto Fernández, sobre cuestiones de macroeconomía, que finalizó con el mantenimiento de la buena relación, pese a que el economista declinara ofrecimientos.
Lo de anoche fue distinto. Nielsen llegó a la privada presidencial tras un largo diálogo con Alberto Fernández, sobre lo fundamental que será asentarse en Berlín y poner en órbita a una embajada que está sin titular desde hace tiempo.
De allí, el elegido tuvo un diálogo de media hora con Cristina, a pura economía. La Presidenta está convencido de que un buena relación con Alemania será el modo de desbloquear la desconfianza del Hemisferio Norte. Para lo cual, desde ya, habrá que ayudar con un buen plan de renegociación de la deuda con el Club de París.
Como es natural, Nielsen deberá esperar el acuerdo parlamentario, que se calcula podrá tener lugar hacia el final del verano próximo.