Comenzó la cuenta regresiva para la venta de las filiales argentina y uruguaya de Parmalat. La multinacional láctea dio plazo hasta mañana para que los potenciales interesados miren la empresa y hagan sus ofertas, en el marco de su forzada reestructuración, después del escándalo financiero que involucró un fraude superior a los 14.000 millones de euros.
Hasta el momento hay siete grupos en carrera, de los que tres juegan en la liga de fondos de inversión y otros cuatro provienen del negocio lácteo. Dos más se sumarían en las próximas horas. La consultora KPMG terminará de recibir mañana las ofertas iniciales y comenzará a evaluarlas. El estudio Allende & Brea, en tanto, se encargará de los asuntos legales.
Entre los activos que se ofrecen hay dos plantas: una en Pilar, en la que Parmalat dice haber invertido u$s 36 millones, y otra en Chascomús. En ambas trabajan 1.200 empleados. La filial local tiene una facturación de u$s 63 millones ($ 180 millones de pesos) y es fuerte en bebidas en base a yogur, donde tiene un 50% de mercado. El número es alto, pero el nicho no representa ni el 3% de la venta de yogures. Eso no impide que su competidor Danone, que tiene casi 80% del mercado de yogures, observe con atención lo que puede pasar con la marca Yogurbelt, de buena llegada al público femenino, y que le da pelea frontal a Ser, de Danone. Saavedra, Gándara, Sandy y Chascomús son algunas de sus otras marcas. Parmalat tiene un 18% de participación en quesos untables, un 13% en postres, 7% en yogures y 12% en dulce de leche.
Quién es quién en la pelea
Un alto directivo de una multinacional que siguió de cerca el asunto explica que, por las características del acuerdo, quien compre los activos será un fondo de inversión. Y que ese grupo esperará el tiempo necesario para que mejore el mercado lácteo y la firma se revalorice. Hasta el momento, los candidatos son:
Pegasus Capital: los dueños de la cadena de disquerías Musimundo y las heladerías Freddo buscan entrar en el sector lácteo. Mario Quintana y Woods Staton, dos de los cinco directores gerentes del fondo, son quienes evalúan la oportunidad.
Dolphin Fund: aunque dedica 95% de su tiempo al ingreso en la transportadora Transener, no descuida su 5% restante. Marcelo Mindlin, número uno del grupo, cuenta con u$s 70 millones de fondos frescos.
Southern Cross: la última operación del fondo de inversión liderado por el ex Bemberg, Norberto Morita, fue la compra de Compañía General de Combustibles a Santiago Soldati.
La danesa Arla Foods: tiene operaciones conjuntas con SanCor, y también manifestó públicamente que estaba mirando los activos de Parmalat en Brasil y la Argentina.
La chilena Calán: a través del holding Bethia, controlada por la empresaria chilena Liliana Solari, compró los activos de Parmalat en el país trasandino. Ahora va por la Argentina.
La vasca Iparlat: El año pasado, desembarcó con sus sopas crema Gran Cocina Kaikú. Está asociada con láctea Surlat en Chile y busca planta en el país.
La neocelandesa Fonterra: tiene interés, pero primero debe solucionar un problema con sus socios en Chile. Allí, es propietaria del 55,4% de Soprole, líder en lácteos ese país.
Mientras se define la operación, algunos tamberos que trabajan con Parmalat ya le están vendiendo a otras empresas de la zona, como Mastellone. Esta firma no aparece como interesada en adquirir los activos en venta. En tanto, la francesa Danone, que solo quiere las marcas, también tendría problemas regulatorios si va por la compra. Por su parte, Kraft, niega estar interesada en sumarse a la pelea, al igual que Nestlé.