

En el marco de una serie de conferencias bajo el nombre de ‘World Leaders Forum’, organizadas por la Universidad de Columbia, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue honrada con un espacio para disertar sobre la actual crisis económica internacional. Tras su presentación por parte del decano de la universidad, con la debida mención que dicha casa de estudios no necesariamente coincide con su visión del mundo, la Presidenta comenzó su presentación plagada de contradicciones, poniendo en evidencia su escaso entendimiento del funcionamiento de los sistemas económicos y sociales. Con la soberbia que caracteriza sus discursos y con la certeza que todas las medidas tomadas por ella y por su marido fueron las acertadas, hizo referencia a los siguientes puntos:
n Criticó duramente a la actual economía global por su alta incertidumbre y volatilidad, haciendo hincapié en la necesidad de certeza para que los agentes económicos puedan llevar adelante sus actividades con previsibilidad. El comentario resulta paradójico si se toma en cuenta el permanente cambio de las reglas de juego en nuestro país, consecuencia de medidas cortoplacistas y despóticas por parte de los gobiernos K.
n Instantes antes de calificar al plan de estimulo económico estadounidense como insuficiente, manifestó su completo rechazo al alto déficit fiscal que experimenta ese país en la actualidad. Que alguien le pregunte a la Señora Presidenta cómo piensa financiar un plan de estimulo más generoso sin un consiguiente aumento del déficit fiscal.
n Enfatizó que el default de la deuda soberana argentina fue declarado por gobiernos anteriores a la era K. Olvidó recalcar, sin embargo, el default implícito de los bonos ajustados por inflación, tras la grosera manipulación de los números del INDEC.
n Remarcó que suficiente evidencia de la existencia de libertad de expresión en nuestro país proviene de las abundantes críticas de la prensa al desempeño de su gobierno. Según su razonamiento, como el número de artículos periodísticos en su contra es históricamente alto en comparación a presidentes anteriores, la libertad de expresión se encuentra garantizada como nunca antes. Se olvida que el causante de semejante flujo de críticas puede ser su desastroso desempeño como mandataria.
Estos son algunos ejemplos de los deslices del discurso. Se trató de una típica disertación K, nacida de un mundo que solo ellos ven, regido por leyes que solo ellos inventan. No fue grato ver representado al país en donde uno nació y se crió, por una persona con tanta ignorancia e incoherencia en su discurso.











