El superávit fiscal de junio fue de $ 2.302,2 millones, una cifra sensiblemente menor a los casi $ 3.000 millones que esperaban los analistas privados. El resultado obedece a un fuerte aumento en los gastos del Gobierno, en particular en los subsidios destinados al sector privado, que marcaron un récord histórico al llegar a $ 2.378 millones impulsados por las importaciones de fuel oil para paliar la crisis energética.

Según informó ayer el Ministerio de Economía, durante el mes pasado el superávit fue $ 60,8 millones (2,7%) superior al del mismo periodo de 2006. “Esta variación se originó por un alza de los recursos de $ 4.467,8 millones y un crecimiento del gasto primario de $ 4.407 millones , explicó el Palacio de Hacienda en un comunicado.

El gasto subió 52% interanual en junio, empujado por los mayores subsidios derivados de la importación de fuel oil (por la crisis energética) y otros subsidios al transporte. Hasta el mes anterior el gasto subía al 40% interanual.

De no ser por los ingresos extraordinarios por $ 1.286,1 millones que obtuvo el Estado en junio –a raíz de los traspasos de las prestaciones jubilatorias del régimen privado al público– el Gobierno habría sufrido un déficit en términos financieros.

Según la información oficial el resultado financiero –excedente que queda luego del pago de intereses– fue positivo por sólo $ 1.100 millones.

Para arribar al saldo anterior fue clave la recaudación de junio, que llegó a $ 18.037 millones, la segunda mayor marca en la historia argentina, sólo superada por los $ 18.870 millones obtenidos en mayo último.

Con los datos de junio, en la primera mitad del año el superávit primario asciende a $ 14.324,7 millones, lo que representa un incremento de $ 1.735,1 millones (13,8%) respecto del primer semestre de 2006.

Los analistas se mostraron preocupados ayer por la tendencia de las cuentas públicas. Hernán Hirsch, economista de RSH Macroeconómica, consideró que el crecimiento actual del gasto no es sostenible. “Este año puede pasar, pero se dificulta la coordinación fiscal con la política monetaria, así como la estrategia antiiflacionaria y de dólar alto. Cuanto menos ahorra el Estado, más difícil es cumplir con estos objetivos , dijo Hirsch.

Para Hirsch, con esta tendencia el año cerraría con un superávit primario de 3,5% del PIB, similar a 2006. “Sin reforma previsional estaría en 3% del PIB. Y el año que viene sería de apenas 0,5% si sigue la tendencia del gasto , agregó.

Por su parte, otro reconocido economista (que pidió el anonimato) “aseguró que el resultado fiscal de junio es muy malo. El peor en la era Kirchner . Según el analista, hay que considerar que “el superávit es el mismo que el obtenido en junio, pero a este se llegó con $ 1.200 millones adicionales de la reforma previsional .

El informe del Ministerio de Economía que conduce Miguel Peirano distinguió dos causas principales del incremento del gasto público, además de los subsidios energéticos. La primera son las prestaciones a la seguridad social, “tanto por la diferencia interanual observada en los haberes como por las prestaciones originadas en el régimen de jubilación anticipada y moratoria previsional . La segunda son los “gastos de capital, en gran medida por el crecimiento de la inversión real .

En relación a las proyecciones oficiales efectuadas a principios de año por la Secretaría de Hacienda que conduce Carlos Mosse, el superávit primario registrado en la primera mitad del año resultó 29% superior. De todas formas, estas estimaciones se realizan con presupuestos de crecimiento de la economía bastante más acotados que los observados en la realidad, por lo que tienden a subestimar el aumento en los ingresos fiscales.