Bastó el fin de semana para alinear a los gobernadores e intendentes peronistas detrás de la postulación de Néstor Kirchner como titular del Consejo Nacional partidario. Desde mediados de la semana pasada se desató un aluvión de voluntades dispuestas a bendecir una conducción en manos del patagónico.
En lo formal, sólo San Luis, dominada por los hermanos Rodríguez Saá, se opondrá a instruir a sus congresales en favor de Kirchner. El resto de los estados tiene mayoría de representantes kirchneristas o afines al kirchnerismo o, al fin, pragmáticos sin ningún tipo de interés en rivalizar con el jefe de turno en el PJ.
La dirigencia que ya ha visitado a Kirchner en las oficinas de Puerto Madero y la que está en la segunda línea de movimientos está lanzada a que, no mucho más allá de mitad de año, haya elecciones internas.
José María Díaz Bancalari le confirmó a El Cronista que la aspiración es que nada eche sombras sobre el proyecto de normalización del partido, con Kirchner a la cabeza. “No habrá ningún tipo de elección provincial en paralelo a la nacional , dijo el diputado nacional y titular del PJ Buenos Aires.
Agregó, a tono con lo adelantado a este diario por Carlos Kunkel, que es perfectamente posible que el Congreso pueda reunirse a fines de marzo próximo y llamar a elecciones en junio.
En principio, se aguarda que no haya oposición real a Kirchner, más allá de los desafíos esperables de los dirigentes que, definitivamente, no encuentran lugar bajo el sol oficial. Aparte de los Rodríguez Saá, la definición vale para los Menem y otros dirigentes como Ramón Puerta y Miguel ngel Toma.
No sería el caso del salteño Juan Carlos Romero ni del cordobés José Manuel de la Sota, pese a haber quedado fuera de posiciones ejecutivas.
El control efectivo de territorios y hasta la vista gorda de los gobernadores kirchneristas no peronistas facilitan la elección de Kirchner. Algo de eso hablaban en Mar del Plata anoche dos operadores de la movida: el jujeño Eduardo Fellner y el cuyano Juan Carlos Mazzón.