De Beers lanzó una campaña global para convencer a los inversores de que los diamantes son una alternativa del oro como inversión segura.

La iniciativa refleja el gran esfuerzo que está haciendo la minera de diamantes más grande del mundo para encontrar nuevos mercados tras el derrumbe de sus ventas tradicionales.

Stephen Luissier, director ejecutivo de asuntos corporativos en De Beers, dijo a Financial Times que en los últimos dos meses el grupo mantuvo contactos con media docena de brokers vinculados a fondos de riqueza soberana y a individuos acaudalados. Se negó a identificarlos, pero señaló que las conversaciones se encuentran en las primeras etapas.

Pero los analistas e inversores sostienen que como el mercado de diamantes es cerrado, es una opción mucho menos atractiva que el oro.

Chaim Even-Zohar, experto en el sector y director de Tacy, una consultora israelí, señaló que De Beers está explorando nuevas fuentes de ventas porque el derrumbe de la demanda podría este año obligar a la compañía a reducir 40% su producción. De Beers no está dejando ninguna piedra sin levantar en su búsqueda de compradores , afirmó.

La compañía, que no cotiza en bolsa y que pertenece mayormente al gigante de la minería Anglo American, al gobierno de Botswana y a la familia sudafricana Oppenheimer, registró ventas el año pasado por u$s 6.890 millones.

Un administrador de fondos de mercados emergentes que invierte en commodities, señaló: “Cuando uno tiene gente que pregunta sobre el valor intrínseco del oro, es difícil hablar de los diamantes .

Asimismo Brock Salier, analista de la industria minera en Ambrian, un banco de inversión con casa matriz en Londres, contó que la incertidumbre en los mercados de acciones y monedas disparó la demanda de “cualquier cosa que pueda guardarse en un caja fuerte; tal es el caso de los diamantes.

Sin embargo, Salier sostuvo que los diamantes representan una inversión mucho más riesgosa que el oro. A diferencia del metal amarillo, las piedras, que se comercializan a través de subastas y oferentes privados, no tienen un precio de mercado público y no hay instrumentos que puedan utilizar los inversores para protegerse de las fluctuaciones.