El kirchnerismo porteño terminó el año conjurándose en derredor de un confirmado antimacrismo que seguramente va a ir in crescendo hacia 2008.

Como dijo el senador Daniel Filmus, perdidoso en la contienda con el electo jefe de Gobierno, “los primeros anuncios realizados por Mauricio Macri comienzan a mostrar una tendencia de querer gobernar sólo para un sector .

La referencia del ex ministro de Educación es para el proyecto de reajuste de las tasas municipales, nucleadas en el ABL. Pese a que el gobierno local insistió en que las alzas serán marginales, y sólo de relativa importancia para las zonas acomodadas de Buenos Aires, en el oficialismo nacional ya se decidió que habrá polémica creciente, y más aún apenas comiencen a llegar las primeras boletas a los domicilios.

Estos primeros escarceos se dieron en un ambiente distendido y findeañero, al que concurrieron algunas decenas de kirchneristas porteños, convocados por el dirigente metropolitano Gabriel Fuks.

El lugar elegido, La Casa de Aníbal Troilo, en Carlos Calvo al 2500, ayudaba a la evanescencia. De allí que haya habido mucho optimismo entre los circunstantes.

Entre otros, se vio por el solar de San Cristóbal a los ministros Carlos Tomada, Juan Carlos Tedesco y Lino Barañao y a legisladores varios como Mercedes Marcó del Pont, Vilma Ibarra, Patricia Vaca Narvaja, Ariel Basteiro y Gonzalo Ruanova.

Hubo más convencidos, como Filmus, de que en febrero empezará “a darse respuesta a los problemas de la ciudad . Anotados en la movida: Carlos Heller, Donato Spacavento, Ernesto Villanueva, Abel Fatala, Gustavo Gemelli, Humberto Sabattini, Alejandro Otero, Eduardo Sigal, Kelly Olmos, Guillermo Oliveri, Mara Brauer, Julio Balbi y Eduardo Hecker, entre otros. Lo que se dice un elenco variopinto unido bajo la letra K.