Cuba, uno de los últimos Estados comunistas que sobreviven en el mundo, está considerando modificar el sistema de bienestar social que ha sido la piedra fundamental de su economía durante casi 50 años, según dijo un alto funcionario del gobierno.
Alfredo Jam, jefe de Análisis Macroeconómico en el Ministerio de Economía del país, le dijo al Financial Times que los cubanos han sido “sobreprotegidos por un sistema que subsidia los alimentos y limita lo que la gente puede ganar. Este estado de cosas ha tenido como consecuencia que haya escasez de mano de obra en algunas industrias importantes.
“No podemos darle a la gente tanta seguridad en sus ingresos que eso afecte su voluntad de trabajar. Podemos tener igualdad en el acceso a la salud y la educación, pero no en lo que se refiere al ingreso , señaló Jam, quien agregó, sin embargo, que el énfasis en la igualdad contribuyó a mantener la cohesión social durante la década de los 90, cuando la economía cubana estuvo cerca del colapso, tras el retiro de la asistencia soviética.
Los comentarios de Jam representan una visión rara e inusualmente franca del pensamiento oficial sobre el rumbo del futuro económico de Cuba, tras la renuncia de Fidel Castro, en febrero pasado.
Bajo el gobierno del nuevo presidente Raúl Castro, el país redujo las restricciones a los pagos especiales que se le pueden hacer a los trabajadores y levantó la prohibición sobre productos como teléfonos móviles y reproductores de DVD.
Castro también ha descentralizado el sistema agrícola del país, y dijo que los terrenos no trabajados pueden ser ofrecidos a cooperativas y productores privados, para que Cuba no tenga que depender tanto de los alimentos importados.
Bajo el sistema de beneficios sociales, todos los cubanos tienen derecho a alimentos básicos, como pan, huevos, arroz, porotos y leche a precios mucho más baratos que en otras partes del mundo. El alquiler y los servicios públicos son también muy baratos, y la educación y el cuidado de la salud son gratuitos.
Cualquier reforma de esos beneficios universales sería muy discutida dentro del gobernante Partido Comunista y es improbable que ocurra rápidamente.
Pero las palabras de Jam reflejan la creciente frustración en los círculos oficiales por el mediocre desempeño en las áreas de agricultura, construcción y manufactura.