Lo bueno de la semana

Haber al menos planteado la necesidad de normalizar la situación de las empresas de servicios públicos. Con el default ya superado, este es el tema pendiente más importante que enfrenta la economía argentina. El Gobierno debe dejar de lado su actitud agresiva y de apriete permanente, y las empresas deben encarar el proceso con pragmatismo y realismo (recordemos que incluso en el Reino Unido se impusieron impuestos extraordinarios a las privatizadas). Ambas partes deben sentarse a buscar un marco de largo plazo que garantice la provisión de los servicios. Para esto es imperioso entender que las empresas tienen que tener un retorno razonable sobre su capital, y que hay que estimular la competencia en lo posible. Lo de los noventa funcionó y bien, así que el Gobierno tiene que dejar sus pruritos ideológicos de lado y abrazar un esquema que les ha dado mucho y bueno a los argentinos.

Lo malo de la semana

Obviamente, la sensación generalizada que la inflación está subiendo. Con superávit fiscal el problema no puede escalar, pero claramente le impone tradeoffs nuevos y menos atractivos al Gobierno. Hay que entenderlo: la inflación no viene por cuellos de botella, por ajustes de tarifas, o porque la economía crece, sino primordialmente porque hay demasiada liquidez en la calle. Recordemos que en el 2002 los precios subieron 40% aún con desempleo en el 20%, simplemente porque la economía absorbió la expansión monetaria que se produjo después de la salida de la convertibilidad. Con el crédito expandiéndose, todo el crecimiento en los agregados monetarios de base de los últimos años tiene ahora el potencial de magnificar el crecimiento de la liquidez. Una complicación: los salarios.

Lo urgente

Dar señales contundentes de que la inflación se va a controlar. ¿Dónde está el Banco Central para sostenerlo con firmeza? Y hay que reducir la liquidez. Esto implica dejar de intervenir en el mercado cambiario y pasarse a controles de capitales o usar una mayor parte del superávit primario para sostener el tipo de cambio.

Lo que hay que seguir con atención

En Argentina lo único que hay que seguir siempre con atención es lo fiscal, nuestro talón de Aquiles en el pasado. Hoy estamos bien y espero que estemos aún mejor. Pero si lo fiscal se debilita el panorama económico cambiará de un día para el otro. Con las cuentas en orden la Argentina es un relojito, pero si no lo están, bueno... somos Argentina después de todo, ¿no?