El Banco Interamericano de Desarrollo desafiará a los que critican el efecto ambiental de la producción de combustibles alternativos, ya que aportará financiación para un proyecto de etanol de Brasil que costará u$s 1.000 millones.
El BID resolvió aprobar un préstamo a 15 años de u$s 260 millones para tres plantas de etanol que construirán una firma brasileña, Santa Elisa Vale do Rosario, y fondos de inversión estadounidenses.
Esta financiación, que se sumará a créditos de bancos comerciales por valor de u$s 360 millones, será el mayor préstamo otorgado hasta ahora por una institución multilateral para una iniciativa destinada a producir los denominados combustibles verdes.
Los aumentos en el precio del petróleo incentivaron el interés en combustibles alternativos como el etanol y el biocombustible, iniciativas que son cada vez más discutidas, por los incrementos en los precios de las granos y otros alimentos.
Ban Ki-Moon, secretario general de la ONU, advirtió la semana pasada sobre los cultivos destinados a fabricar biocombustibles, y dijo que esto contribuye a aumentar el precio de la comida. Pero los que apoyan la producción de biocombustibles en Latinoamérica, sostienen que Brasil produce etanol a partir de la caña de azúcar y no usa granos comestibles, como el maíz.