Hace muchos años que la Argentina se transformó en un banquete para el análisis de sociólogos y psicólogos. Y no sólo por los cambios macroeconómicos con los que sorprende cada Gobierno de turno (situación que también se puede encontrar en un país desarrollado). El humor y las expectativas de los empresarios a cortísimo plazo dominan y cada vez modifican más sus decisiones. Por ello, no resulta extraño observar cómo han variado su postura respecto de la importancia de participar en una feria o misión comercial en el exterior. Hasta hace pocos meses, entre los ejecutivos resonaban sentencias como éstas: “No hay que prestarle atención al mundo solamente cuando exportar resulta rentable ; “Espacio que se abandona es ocupado rápidamente por otra empresa .

Pero todo parece haber mutado en la estrategia y presupuesto de aquellos que capean la crisis al frente de una pyme. La demanda ha caído en forma abrupta, principalmente en aquellos rubros vinculados al sector industrial. Las prioridades se aproximan más a sostener la oferta en el alicaído mercado doméstico antes que a apostar a países como Estados Unidos, España, Alemania o Francia, que hasta el año pasado representaban un imán para viajar con productos y exhibirlos en un evento de negocios, buscando nuevo potenciales clientes. Hoy, en cambio, son mercados dominados por la recesión.

Esta mezcla de situaciones se trasladó rápidamente a las estadísticas. Según los números que maneja la Fundación Export.Ar, la inscripción de empresas a las distintas ferias comerciales que se desarrollan en todo el mundo cayó en promedio un 30% respecto del primer semestre del año pasado. Una situación impensada un año atrás, cuando las ventas externas significaba el motor de varias actividades metalmecánicas y alimenticias.

El enrarecido clima político doméstico, la incertidumbre sobre cómo seguirán las variables económicas tras las elecciones legislativas del 28 de junio, y un mundo que demanda cada vez menos bienes y servicios, alentaron la postergación de decisiones de inversión y apertura de nuevos mercados por parte de las pymes, situación que se confirma en el menor interés por promocionar la oferta en importantes ferias del mundo. Esto condujo, además, a la cancelación de los viajes a las mismas por la ausencia de demanda.

Por ejemplo, la feria IFE, la mayor muestra de productos de alimentación y bebidas que se realizó durante el mes de marzo en el Reino Unido, y que figuraba en el calendario oficial, se terminó dando de baja porque muy pocas empresas se mostraron interesadas en viajar. Lo mismo sucedió con ExpoParaguay, vinculada a la ganadería, agricultura, alimentos, máquinas agrícolas e insumos para el agro.

En tanto, el recorte también llegó al espacio físico a utilizar. Tanto en la feria de joyería que se realizó sobre fines de mayo en Las Vegas, como en la integral de la mujer en Cochabamba, Bolivia, se confeccionaron stands más pequeños, más adecuados a la posibilidades empresarias a la hora de definir costos.

Al comparar la participación en las mismas ferias durante este año respecto del anterior, se observa un descenso en la mayoría de ellas. Y en ciertos casos, en forma brusca. Por caso, sobre fines de mayo se realizó en Brasil la feria APAS, muy importante para el sector supermercadista-alimenticio. En esa ocasión, las empresas que viajaron totalizaron 12, cuando el año pasado fueron 23 las compañías que se subieron al avión. Otro dato: la semana pasada se llevó a cabo la tradicional Automechanika, en Emiratos Arabes Unidos, una de las más reconocidas dentro del sector autopartista, y sólo cinco firmas nacionales se hicieron presente. En igual mes de 2008, fueron 13 las empresas locales que dieron el presente.

Las fuentes oficiales confirman que, dado el contexto, se optó por rediseñar la política de participación en Ferias en función de la demanda de las empresas. Es por ello que al gunas pocas mantienen el nivel de interesados, como la Nancy Food Show, de alimentos gourmet, que se desarrollará a fin de mes en Estados Unidos. El pabellón argentino estará sobrepoblado por más de 20 empresas (igual número que en la edición del año pasado). Además, acaba de concluir en Estados Unidos una cita que superó las expectativas. Se trató de Nafsa, que con la temática de negocios vinculados a la educación estimuló el viaje de más de una veintena de empresas, mientras que en 2008 apenas habían participado tres.

Se interrumpió la ayuda del Estado

Pero no sólo la crisis mundial y de expectativas locales empujaron a este cambio de tendencia a la hora de pensar en comenzar a establecer vínculos comerciales en el exterior. Varios encargados de ventas internaciones de distintas compañías y de organizaciones no gubernamentales que se dedican al fomento de estos viajes coinciden en que se han recortado, o directamente cancelado, los subsidios que provincias como Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba otorgaban para la participación en una Feria. Claro está que en tiempos electorales se modifican presupuestos de un día para el otro, y uno de los organismos que más lo sufrió fue Cancillería. Es por eso que la Fundación Export.Ar se vio obligada a reducir la ayuda que históricamente otorgaba a las empresas en todo lo referido a los armados de los stands, acciones de logística y ciertos gastos dentro del pabellón. En este caso, en lugar de subsidiar hasta el 40% del costo total de la participación empresaria (salvo los viajes y estadía, que siempre estuvo a cargo del empresario) actualmente otorga una ayuda que oscila el 25%.

“El principal problema es que hay muy poco presupuesto. Las empresas contaban con un buen subsidio de la provincia de Buenos Aires, que aportaba aproximadamente un 50% en el costo del stand. Y este año se cortó totalmente esa ayuda , comenta la encargada de promoción de una importante entidad, quien agrega otro motivo que crispa cada vez más a muchos sectores: “Hay empresas que pensaban participar y no han ido porque no reciben los reintegros a las exportaciones que les corresponden por parte del Gobierno .

Este dato, como la fuerte merma en la proyección de las ventas externas totales para 2009, fueron confirmados esta semana por el propio presidente de la Cámara de Exportadores de Argentina (CERA), Enrique Mantilla, quien afirmó que el país exportará este año un 30% menos de los u$s 78.000 millones que figura en el Presupuesto, a la vez que reiteró el reclamo del pago en tiempo y forma de los reintegros al sector, retenidos por la AFIP en los últimos meses.

Emilio de la Torre, analista de Bairexport, la red de exportadores de Buenos Aires, sumó otro motivo al desgano por participar de una feria, al enfatizar que “un empresario que va a abrir un nuevo mercado seguramente tiene que realizar una inversión en certificación de calidad, reorganizar la cadena productiva de la empresa o incorporar maquinaria, y no están dispuestos en este momento. No tienen cómo financiar su salida al exterior . Desde la entidad indican que en los últimos meses notaron una disminución del 50% en consultas para participar de los distintos viajes.

Los expertos consultados coinciden en que las empresas que ya tienen desarrollado un mercado, y que lo siguen trabajando, muy probablemente continúen viajando aunque les compren menos. Tal vez reduzcan el número de participación en Ferias o analicen en mayor medida cuál es la indicada de acuerdo al volumen de visitantes, la demanda histórica, y si en la misma se desarrollan ruedas de negocios.

“Se mantendrán las ferias más consolidadas, ya que las empresas hacen el esfuerzo porque saben que venden allí. Sin embargo, las que empiezan a dar sus primeros pasos en comercio exterior les costará mucho más invertir los u$s 10.000 promedio que cuesta el viaje en una coyuntura de incertidumbre , reconoce Elizondo.

Lugar que se pierde, ¿se recupera?

De acuerdo al análisis de los especialistas, lo que está ocurriendo en la Argentina sucede también en varios países latinoamericanos, situación que puede generar diversas reacciones: conformismo o impulso para aprovechar esa oportunidad para ocupar ese espacio. “El empresario teme mucho al momento político y congela decisiones y nuevas inversiones, y muchas de ellas lamentablemente en promoción, situación que estimo se empezará a revertir si se percibe menos incertidumbre después de las elecciones , comenta Mariano Mastrangelo, director de la Red Global de Exportación (RGX).

“Es preocupante observar la cautela de los empresarios en este momento. El primer recorte lo aplican en publicidad y luego de promoción, y desaprovechan el trabajo realizado en los últimos años. Esta decisión va generando la pérdida de espacios, que luego cuesta mucho reconquistar. Un estudio de la Organización Mundial del Comercio (OMC) indica que por cada dólar que se invierte en promoción se generan 18 dólares a futuro de exportaciones , agrega Diego Frediani, de la misma consultora.

Los expertos que asesoran a diario a pymes con potencial exportador, subrayan que vincular el problema a un tema de costos es una forma de ocultar también el desinterés de salir al mundo por los continuos cambios macro que tiene el país. “De todos modos, aprovechar solo las oportunidades del momento es un grave error. Es mayor el costo de no participar un año y después regresar. Genera incertidumbre y falta de compromiso con la actividad exportadora de la empresa, y eso lo observan rápidamente los grandes distribuidores , enfatiza Frediani. El mensaje que transmiten desde RGX radica en aprovechar este momento, donde se están peleando clientes y distribuidores por pedidos y precios, para posicionarse con una oferta alternativa. “Notamos que cuando el mercado local empieza a levantar, se olvidan de las exportaciones y viceversa; una situación muy riesgosa, porque siempre el mercado externo será ‘a desarrollar’. La cautela está bien en tanto y cuando se trabaje en planificación a futuro , agrega Mastrangelo.

La consultora padece esta problemática en carne propia, ya que organizará, junto al Gobierno de Buenos Aires, la Convención Internacional de Comercio Exterior (Conice), evento que se desarrollará del 22 al 24 de octubre en el hotel NH Provincial de la ciudad de Mar del Plata. Del encuentro participarán los centros de exportación de más de 20 países ofreciendo posibilidades de negocio e inversión, 50 conferencistas internacionales, asesores y empresarios locales. Y, precisamente, son las empresas exportadoras las que han demostrado, hasta el momento, menor interés.