Cuando ya se estaba haciendo el duelo por la desaparición de otro indicador económico a manos del Gobierno, la Secretaría de Agricultura sorprendió ayer con su estimación mensual agrícola argentina, que adeudaba desde el último 18 de marzo. Y porque allí hizo, por lejos, la más baja proyección de cosecha de soja de las que existen, tanto públicas como privadas.

Según la cartera comandada por Carlos Cheppi, la producción argentina de soja estará en el rango de 37 a 39 millones de toneladas. Ello supone, por un lado, que estima se cosechará entre 15% y 19% menos que los 46,2 millones de toneladas de la campaña pasada, aún cuando se sembraron con la oleaginosa 500.000 hectáreas más.

A la vez, con 17,1 millones de hectáreas cultivadas con soja, la proyección de Agricultura supone un rendimiento promedio de 22 quintales por hectárea. Si bien diversos operadores del sector reconocen que la soja de primera –que está comenzando a levantarse de los campos– muestra rendimientos inferiores a lo previsto y granos de baja calidad por la sequía, nadie hace una estimación tan baja como la de la cartera oficial.

En su último informe mensual sobre oferta y demanda mundial de granos, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) proyectó para la Argentina una producción de 43 millones de toneladas de soja. Por su parte, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires achicó el viernes su propia estimación de cosecha de la oleaginosa, de 42,5 millones de toneladas a 41,2 millones.

Hace un mes, y días después de que la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) anunció que tomaría en cuenta las estimaciones agrícolas de la Secretaría para calcular el saldo exportable de granos, el Gobierno se encargó de echar a quien las realizaba desde hacía ocho años, Mario Camarero.

Ayer, ningún operador entendía el porqué de tan magra proyección, dado que la soja de segunda viene mejor tratada por la humedad de los suelos. La posibilidad de que tenga por objetivo hacer subir el precio internacional (dado que la Argentina es el segundo exportador mundial del complejo sojero), y así los ingresos por retenciones, les resultó descabellada.