El presidente del Banco Central, Miguel Pesce, justificó la reciente disposición de endurecer el cepo cambiario debido a las fuertes pérdidas de reservas. A la vez que afirmó que "no son restricciones a la importación", sino que se les está pidiendo a las empresas "que consigan financiamiento".
"Estamos en un momento complejo. Las importaciones de junio pueden rondar los u$s 8000 millones, de los cuales u$s 2000 millones son de energía", señaló Pesce, y a la vez detalló que en los primeros cinco meses del año las importaciones de ese rubro aumentaron 207% y en mayo subieron 232 por ciento.
En declaraciones radiales, el funcionario señaló que esperan que esta medida tenga un impacto a favor de alrededor de u$s 1000 millones, lo cual "permitiría mejorar la balanza cambiaria y aumentar la posibilidad de acumular reservas", luego de las fuertes ventas que se registraron en las últimas jornadas.
El titular de la entidad justificó así las medidas que fueron anunciadas esta mañana, tendientes a adaptar el sistema de pagos del comercio exterior con el objetivo de "responder a las necesidades extraordinarias de divisas y así atender la importación de energía".
"Esto nos puede ayudar a superar esta dificultad que nos trae la importación de energía, especialmente en los meses de invierno. En enero, el gasto era de u$s 400 millones y ahora es de u$s 2000 millones. Esperamos que caiga después del invierno y podamos enfrentar la balanza cambiaria y acumular reservas", agregó.
Pesce afirmó que el objetivo de la autoridad monetaria a través de esta disposición es "evitar atacar este problema desde la reducción de la demanda o un salto devaluatorio" y que "por eso se incrementó el financiamiento de importaciones" para las empresas.
Por otro lado, afirmó que esta medida terminará "cuando baje el consumo de importaciones de energía" y sostuvo que no afectará a las pymes que importan hasta un u$s 1 millón o que tengan un aumento de hasta 15% en importaciones. Las que cumplan estas condiciones podrán seguir accediendo a divisas.